Zapopum baja el telón

ZAPOPAN.- El festival cultural Zapopum cerró el domingo pasado sus puertas después de tres semanas de celebración y más de 400 mil visitantes. La presencia de varios de los grupos de teatro de calle más prestigiosos del mundo para presentar espectáculos de gran formato ha consolidado a este encuentro como “pionero” en este género artístico, de acuerdo con lo expresado por la organización a través de un comunicado.

Lograda la meta de ser “referente de los espectáculos de gran formato y del teatro de calle en México”, Zapopum “mantiene los bríos intactos y se enfocan en la realización de un festival en 2009 con nuevos retos, que llevarán al apuntalamiento de la formación de públicos y, ahora, a la de artistas, para que se genere una dinámica de ida y vuelta, en la que se allane el camino para la creación propia”.

Entre los planes previstos para el próximo año también se incluye la realización de talleres para que la comunidad artística local se involucre de manera profesional con este tipo de creación. La idea es que a la vez que se desarrollan los espectáculos, los creadores de la ciudad, el Estado o el país compartan sus conocimientos con figuras de la talla de Jean Raymond-Jacob, director de la compañía francesa Oposito, quien se ha mostrado muy satisfecho con la experiencia que ha compartido con los artistas de la ciudad durante su participación en Zapopum.

Aparte de la presencia Oposito el día de la inauguración de la tercera edición de Zapopum (18 de abril) con el espectáculo Transhumance, la hora del rebaño, 12 compañías internacionales se han dado cita este año en el festival cultural, en el que los países representados han sido Francia, Italia, Corea, Argentina, España, Reino Unido, Australia, Alemania y México.

En total, 324 artistas han intervenido en las 264 funciones que se han presentado durante los 24 días que ha durado el festival.



El grupo francés Oposito fue el encargado de inaugurar este año Zapopum con el espectáculo de gran formato Transhumance, la hora del rebaño. EL INFORMADOR • S. NÚÑEZ