Entretenimiento | Enrique Navarro Visiones de Atemajac Francisco Goitia (9) Por: EL INFORMADOR 7 de febrero de 2009 - 18:03 hs Entremos al terreno del análisis iconográfico de parte de la obra del maestro. Convendrá dividirlo por bloques cronológicos y por temáticas. Comencemos con los trabajos realizados en su etapa de residencia en Cataluña. Ahí encontraremos una Cabeza de mujer (óleo sin fecha), un Interior abandonado del monasterio de Saint Margal, Cataluña (dibujo al carbón de 1905), un Viejo campanil de Barcelona (se trata de un dibujo al carbón sin fecha), una Iglesia del Pino (dibujo a lápiz realizado entre 1904 y 1908 aproximadamente), está incluido también un Retrato del Papa Inocencio III (pequeño dibujo con carbón de 1909) o bien el Patio de la Universidad de Barcelona (el cual está realizado en acuarela y fechado hacia 1909). ¿Cómo y qué describen estos trabajos? ¿Qué espíritu los alienta? Se trata de estudios eminentemente académicos, realizados a partir de la representación de sitios, interiores, paisajes y modelos ocasionales catalanes con la evidente intención de, en primera instancia, practicar conocimientos técnicos y compositivos, pero además, y esto es lo esencial, encontrar un discurso visual propio. El manejo de las técnicas y la resolución del claroscuro y la composición son correctos, pero sin virtuosismos. La paleta en esta etapa es sobria, mesurada, no corre riesgos. Prevalece un respeto por la Sección Áurea, por una equilibrada distribución de masas en la superficie, expresada por los contrastes entre los diferentes planos. También encontramos el necesario ritmo de elementos compositivos buscando la armonía, como por ejemplo en el Patio de la Universidad de Barcelona. Nada del otro mundo. Líneas atrás cuestioné el sinsentido de los exilios artísticos. Sin dejar de reconocer su pertinencia en ciertos casos de pintores o literatos, creo que Goitia no lo necesitaba. Claro que el respirar aires diferentes o el alejarse de dependencias familiares y emocionales puede ayudar en la etapa formativa de un joven. Pero, insisto: ¿Qué acaso Goitia no vagaba y se perdía, ya no digamos en sus parajes nativos, sino también en su geografía interior? Siempre fue un espíritu independiente con o sin la experiencia europea. Además, la soledad y el drama -intrínsecos también en estas obras tempranas catalanas- eran parte del sino que persiguió al maestro toda su vida. De esta etapa me quedo, sin embargo, con el Viejo campanil de Barcelona, ya que a los rasgos antes citados se añaden cierta carga magnética y mágica y una clara propensión a jugar con un Apocalipsis nunca acontecido (sobre el que volveré mas tarde). Tanto los amenazantes riscos oscuros, como lo tortuoso del terreno y el camino, contribuyen a la transmisión de estas ideas y sensaciones. Sigamos con las Ruinas del Foro de Roma, tela de 69 por 80 centímetros, no fechada y pintada al óleo. Se trata de una sugestiva y melancólica imagen. Todo en ella es quietud. Silencio. Tiempo suspendido. Aun cuando la resolución técnica y formal tiene anclajes en el academicismo, coquetea, al mismo tiempo, con el emergente impresionismo. La pincelada gestual, la búsqueda de la luminosidad de las atmósferas abiertas y ese sol amarillo y crepuscular rodeado de un cielo plano así lo denotan. navatorr@hotmail.com Temas Artes Colaboraciones Artes Visiones de Atemajac Lee También Karina Barraza presenta “Sombras de otros tiempos” Un diálogo entre la poesía y las artes gráficas El arte, un reflejo crítico de la sociedad contemporánea ¿Por qué Santa Cecilia es considerada la patrona de los músicos? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones