Roberto Gómez Bolaños, maestro de la pantalla grande

GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2014).- Un ser dedicado a explorar el arte es aquel que no se conforma con una sola actividad de la vena artística, por el contrario, siempre busca desarrollar su talento en otras facetas y un claro ejemplo fue Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”.

El arranque de su carrera estuvo lejos de los escenarios. Era creativo publicitario y apenas tenía 22 años. Ya despuntaba en esa área, pero el destino le tenía preparadas otras sorpresas en plataformas muy alejadas a las de la publicidad, pues con el tiempo demostró que no nada más la escritura era uno de sus fuertes.

Y es que pronto descubrió su amor por la actuación, área en la terminaría brindando brillantes personajes. Durante su etapa como guionista, colaboró para otros magníficos comediantes, entre otros “Viruta” y “Capulina”, además de que también ejerció como productor en el nuevo cine mexicano, además de escribir las tramas en dramas y comedias como “Elisa antes del fin del mundo” y “La primera noche”.

Las palabras le corrían por las venas. Las ideas también. En la década de los años cincuenta, el actor se volvió guionista en radio y en televisión y cine. Durante una década escribió los libretos de unitarios de “Cómicos y canciones” y “El estudio de Pedro Vargas”. A finales de 1968 comenzaba la carrera como histrión de “Chespirito”, mientras daba rienda a su pasión en programas como “Los super genios de la mesa cuadrada” y “El ciudadano Gómez”, proyectos que lo fueron encaminando a la pantalla grande.

La comicidad siempre ha sido el sello característico de su talento, pero durante la década de los años noventa, el actor se enfrascó en proyectos muy alejados del humor. Para un creativo de la talla de “Chespirito”, las ideas son fundamentales en los conceptos, historias e imágenes que desea transmitirle a su público. Y él prácticamente se encargaba de hacer todo, de ahí el gran éxito del que sigue gozando y que cada vez que sus películas son retransmitidas siga manteniendo cautiva a la audiencia familiar generación tras generación.
 
Sus pininos

La primera aparición de Roberto Gómez Bolaños como actor de cine fue en 1960 con la película “Dos locos en escena” al lado de “Viruta” y “Capulina”, aunque no tiene uno de los roles principales dentro de la trama, esta cinta corre con todo su talento pues él se encargó de escribir el guión. En el filme, “Viruta” y “Capulina” son un par de magos y trabajan en un teatro donde el deshonesto delegado de actores llamado “Trinquetes”, es asesinado por dos tramoyistas para quitarle la nómina y dejan su cadáver en el camerino de una cantante.

En ese mismo año también participó en la cinta “Dos criados malcriados”, con sus comediantes estrella “Viruta” y “ Capulina”, a los que les detallaba historias cándidas, divertidas y emocionantes, el éxito de estos dos actores en sus cintas, prácticamente se debió al talento incondicional que “Chespirito” añadía en las historias y sus diálogos.

Después siguieron películas como “El Zángano” (1968),  “Princesa y vagabunda” (1969), “La hermana trinquete” (1970), “Las tres magnificas” (1970), todas con la particularidad de que hacia papeles secundarios.

Imparable

En la década de los años setenta, “Chespirito” prácticamente era guionista de por lo menos 20 películas humorísticas donde resaltaba el trabajo de otras estrellas como Silvia Pinal o Lucha Villa, sus apariciones en pantalla eran más bien para complementar su trabajo en el guionismo y “calarse” como histrión.

Fue hasta 1979 que Roberto Gómez Bolaños tuvo su primer protagónico como el emblemático “Chanfle”, un utilero muy torpe pero con mucho estilo. Cabe señalar que en esta cinta y su secuela, participaron sus amigos y compañeros de trabajo de “El Chavo del 8” realizando como él, personajes muy distintos a los que hacían en el programa de televisión.

En la cinta el “Chanfle” trabaja con el equipo de futbol del América donde sostiene una mala relación con el entrenador “Moncho Reyes” (Ramón Valdés).

La segunda parte de esta cinta llegaría en 1982. Las últimas tres cintas que rodó como actor Chespirito fueron “Don Ratón y don Ratero” en 1983, “Charrito” en 1984 y “Música de viento” en 1988, donde también participan su elenco base de “El Chavo del ocho”.

Siempre presente

Luego de haber dejado un gran legado en las historias de comicidad del cine mexicano, que fue una contraparte del cine de ficheras que también se hacía en la época de los años setenta y ochenta y que también contenía comicidad, pero que mostraba un nivel más subido de tono, Roberto Gómez Bolaños supo llegar a un público familiar a través de su trabajo cinematográfico. Pero como las generaciones cambian y la industria también, el cine mexicano a partir de los años noventa entró en evolución, contando historias más realistas e intimistas y “Chespirito” supo adaptarse al cambio, aunque esta vez del lado de la producción.

Directores como Carlos García Agraz, Alejandro Gamboa, Joaquín Bissner y Juan Antonio de la Riva trabajaron bajo su produción para recrear nuevas historias llenas de complejidad como “Elisa antes del fin del mundo” (1997) donde una niña quiere asaltar un banco para salvar de las deudas a sus padres, o “La primera noche” (1998) que si bien era una comedia, retrataba el despertar afectivo de los jóvenes.
Grandes figuras del cine, tanto nuevos valores como consagrados participaron en las últimas películas donde se destacaba el talento de “Chespirito”, pero del lado de la producción, como: Sherlyn, Imanol, Susana Zabaleta, Arcelia Ramírez, Germán Robles, Cynthia Klitbo,Osvaldo Benavides, Mariana Ávila, Diana Bracho, Julián Pastor y Carlos Espejel, entre otros. Otras películas en las que la producción correría a cargo del humorista fueron: “Última llamada” (1997), “Un baúl lleno de miedo” (1997), “La paloma de Marsella” (1999) y “En un claro oscuro de la luna” (1999).