Luego de una autopsia inicial, cuyos resultados no fueron concluyentes, voceros de la Oficina de medicina forense afirmaron que en el cuerpo del actor se encontraron rastros de heroína, cocaína, anfetaminas y benzodiazepinas. Considerado uno de los mejores actores de su generación, Hoffman había luchado durante varios periodos de su vida contra la adicción a la heroína, y durante los meses previos a su muerte se había sometido a tratamientos de desintoxicación. El cuerpo sin vida de Hoffman, de 46 años de edad, fue hallado el 2 de febrero en su departamento en el barrio de West Village, en Nueva York.