Matías Meyer despierta a Los últimos cristeros

MORELIA, MICHOACÁN (17/OCT/2011).- Para Matías Meyer trabajar en Los últimos cristeros representó en muchos sentidos continuar con un ciclo que ha estado presente en su familia por años. “Mi papá (el historiador Jean Meyer) llegó a México fascinado por las historias que se contaban sobre los cristeros, a tal punto, que se quedó en este país, donde conoció a mi madre y bueno, ahora estoy yo aquí, haciendo una película sobre el objeto de interés de mi familia”.

Los últimos cristeros es una de las nueve películas que está en competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) dentro de la categoría de Largometraje mexicano y el día de ayer se celebró la función de prensa, donde el realizador explicó que el filme no pretende “ser una lección de Historia ni mucho menos. Se trata de que la gente se identifique con los personajes y despierte en ella curiosidad por conocer los sucesos acontecidos en el país”.

La trama de Los últimos cristeros se desarrolla en Durango, aunque fue en Jalisco y Guanajuato donde se llevaron a cabo los castings, locaciones y finalmente se obtuvo más apoyo.

Un elenco muy natural

Los últimos cristeros cuenta la historia de cinco combatientes que han decidido defenderse hasta las últimas consecuencias tras la supresión de la autonomía de la Iglesia Católica durante el periodo del presidente Plutarco Elías Calles.

Agotados, los cristeros sobreviven como pueden a las emboscadas y la falta de alimentos en 1935, sin saber que casi seis años antes la guerra, al menos para el Gobierno federal, había terminado.

Meyer explica que “la cinta no es una lección de Historia, me fascinaba todavía más explorar la fe, no en el sentido religioso, sino de cómo hay quienes pueden morir por defender sus ideales”. A lo largo de la cinta abundan momentos de silencio y prolongados planos que muestran el paisaje rural mexicano, un ritmo que el realizador explicó diciendo que “hay películas que hablan con diálogos, la mía lo hace a base de imágenes”.

Matías se suma en esta película a la moda que se ha ido imponiendo en el cine mexicano de conformar elencos donde no todos los integrantes son actores profesionales. “En este caso me fui a varios pueblos, como Villa Hidalgo, en Jalisco, para encontrar a la gente que verdaderamente encajara con el papel, campesinos, jornaleros, hombres de campo”.

Y los encontró en la piel de Abel Lozano, Antonio García, Alejandro Limón, José Esparza y Salvador Ferreiro, quienes no tenían experiencia previa frente a las cámaras, por lo que el director tuvo que trabajar de forma intensa con ellos “primero, para que se sintieran cómodos, cosa que creo que al final se logró”. A lo largo de su encuentro con los medios los actores reconocieron estar nerviosos ante el éxito que pueda alcanzar la película, pero felices por la posibilidad de contar una trama que esperan despierte “mucha reflexión en el público”.

El actor Jesús Moisés Rodríguez es uno de los pocos rostros conocidos por los cinéfilos, pues antes colaboró en Los bastardos, aunque no estuvo presente ayer en la proyección “porque  vive en Estados Unidos, así que se le dificultaba venir a Morelia”, explica el realizador.

Camino complicado

Aunque con buena opinión entre la crítica y un paso exitoso por varios festivales (Los últimos cristeros se presentaron antes en Guanajuato y Toronto, ambas visitas con buena recepción), Matías Meyer reconoce que al filme todavía le falta encontrar un distribuidor. “Es un tema que todavía no hemos podido cerrar”, agregando que todavía le falta transitar por otros certámenes fílmicos. “El único confirmado de momento es el de Valdivia en Chile, pero hay más que se están sumando”.

Basado en el libro Rescoldo de Antonio Estrada, la película buscará mantener en Morelia su buen paso y coronarse la próxima semana en la categoría de Largometraje mexicano.

Juan Francisco González Rodríguez, enviado


''Los cristeros decían que no eran de derecha ni de izquierda, sino de arriba, del cielo.''
Matías Meyer, director