Honores para 18 años de lucha por México

GUADALAJARA, JALISCO.- Ana María Magaloni de Bustamante nació entre la palabra: la perdida, la encontrada, la resguardada. Fue quizá por eso que se desarrolló en ella una pasión por las palabras reunidas, las apiladas en libros, las difundidas en bibliotecas, las entrañables, las de siempre y para siempre.

Como lectora, inició su camino por la palabra desde temprana edad, pero al paso de los años, ya no le satisfizo solamente eso y decidió dar un paso más hacia su protección y difusión a través de las bibliotecas, maravillosos espacios que protegen todo tipo de palabras, pero que, ante todo, las ofrecen a los otros en busca de fortalecer a los individuos y con ello al país.

Fue tal su pasión por esta faena y tantas sus acciones, que este 2008 la Feria Internacional del Libro, la eligió para rendirle el Homenaje al Bibliotecario, reconocimiento que recibió ayer en el Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, rodeada por aquellos que la han acompañado en esta labor, pero ante todo, los que han aprendido de ella.

Entre estos últimos, Sergio López Ruelas, coordinador de Bibliotecas de la Universidad de Guadalajara, acudió a la cita para destacar la labor de esta mujer que primero decidió ser madre y una vez que tuvo el tiempo necesario, comenzó a adentrarse en la Bibliotecología, haciendo de ésta su más grande pasión.
"Ana María nos enamoró con la palabra, para querer más a las bibliotecas", dijo.

Durante la ceremonia de reconocimiento, en la mesa de presidium se contó también con la presencia de Marco Antonio Cortés Guardado, rector de la UdeG; Raúl Padilla López y Nubia Macías, presidente y directora de la FIL, respectivamente; Elsa Ramírez Leyva, investigadora de la UNAM; y la invitada de honor: Ana María Magaloni de Bustamante.

Además, entre el público, se contó con la presencia de dos homenajeadas en años anteriores: Estela Morales y Rosa María Fernández de Zamora.

De Magaloni de Bustamante, López Ruelas advirtió que desde el principio se descubrió en ella una pasión por las letras, seguramente porque cuando era pequeña fue testigo de las inagotables tertulias bohemias realizadas en casa de sus padres.

Destacó que fue gracias a su esposo, Jorge Bustamante, que comenzó a trabajar en una biblioteca, una vez que sus hijos estaban más grandes, y poco a poco comenzó a caer en las redes de la Bibliotecología, de la cual no solo estudió la licenciatura, sino también el doctorado, habiendo pasado antes por la maestría en Comunicación.

De su labor comentó que es a ella a quien se debe la creación de la Red Nacional de Bibliotecas, así como un notable incremento en el número de espacios a su paso por la Coordinación de Bibliotecas de la SEP.
Ramírez Leyva también hizo énfasis en la trayectoria de Magaloni de Bustamante y sus 18 años de lucha "para acrecentar y fortalecer las bibliotecas del país. Ana se adelantó a su tiempo, fue la primera que empezó a trabajar en la automatización para optimizar el funcionamiento de las bibliotecas". Y al mismo tiempo se preocupó y ocupó de que éstas se convirtieran en espacios vivos para sus usuarios.

A través de un video proyectado para los asistentes al homenaje, la bibliotecaria permitió que se asomasen un poco a su vida, más allá de su impactante labor.

Y entre una y otra historia de libros y acciones, advirtió: "Necesitamos héroes, pues rescatemos a los lectores", como si se tratase de un lema perpetuo.

Así, por muchas historias más que contar, Ana María Magaloni de Bustamante recibió el reconocimiento que oficializa el acto, aunque éste permanecerá por siempre en la memoria de quienes han compartido con la bibliotecaria la pasión por la palabra.