Fito Paéz cura corazones con rock

GUADALAJARA, JALISCO (07/OCT/2014).- Hay cursilerías que gustan, y Fito Páez es experto en derrochar música rosa, pero no de esa dramática, melosa, él es un especialista en sanar corazones cabizbajos a través del rock.

El argentino retornó a Guadalajara ayer en el Teatro Diana, no sólo para compartir su más reciente producción, sino también para demostrar el por qué sigue siendo uno de los cantautores más respetados en el ritmo de hablahispana.

El oriundo de Rosario volcó de golpe sus nuevos acordes iniciando el repertorio con Rock and roll revolution, canción que bautiza a la gira que actualmente emprende por el América.

No tardó ni tres minutos en soltar la cursilería transformada en poesía mediante los tonos del piano. Al instante se aventuró en las historias de Muchacha y rematando con un claro Yo te amo.

Páez tiene la misma voz y entusiasmo con los que debutó en los 80, elementos con los que coqueteó inmediatamente al oído de los mil 824 de asistentes que, fieles al llamado del cantante imitaron su definido acento argentino que cuchichea entre los dientes, sobre todo cuando se adentró en la Rueda mágica, interpretación que sirvió para que el público coreara al estilo de Fito algunas frases como: “Sho sin ti sha no podría más vivir”.

La audiencia escuchó cada argumento con el que Páez agradeció la voluntad de los tapatíos de seguirle la pista a sus más de 25 años de trayectoria ininterrumpida. También complació con 11 y 6, intervención que brindó a los fans la libertad de cantar a grito eufórico mientras el argentino se quedaba callado con el micrófono al aire y la mirada oculta en unas gafas oscuras. Fito se clavó en el piano con la misma fuerza con la que deambulaba sobre el escenario recitando sus versos cantados con tintes de protesta, amor no correspondido, de romance precoz y reflexiones sobre la vida.