El Ilustradero

GUADALAJARA, JALISCO.- Uno hace una pregunta mental sobre sí mismo, después mete la mano en la urna y saca una bola de unicel marcada con algún número que conduce a la ilustración, que es la respuesta a esa pregunta. Es una especie de I-Ching de imágenes y finalmente el trabajo habrá que hacerlo personalmente.

Destinario es una propuesta de El Ilustradero en la Feria Internacional del Libro, un colectivo de 68 ilustradores unidos para ampliar el panorama que les toca y demostrar que la ilustración es mucho más que solo la guarnición de un texto. Para jugar con él hay que visitar el stand LL-20.

“Definitivamente no está valorado el trabajo del ilustrador. Es un trabajo en solitario y el esfuerzo que haces para venderlo es mayúsculo. Nosotros ya no queremos que se nos vea como simples dibujantes a los que se les encarga un trabajo”, expresa Enrique Torralba, uno de integrantes del colectivo El Ilustradero. Su compañero Gabriel Lara añade que “a veces hay que sacrificar el estilo para poder cobrar un cheque”.

Uno de los objetivos de El Ilustradero -que funciona con un comité organizador desde el Distrito Federal- es encontrar nuevos miembros para fortalecer el panorama alterno del diseño, pues “los editores se dejan guiar por las modas, porque de algún modo tienen que estar en consecuencia con el mercado”, señala Roxana Erdman, miembro del colectivo.

El libro Destinatario está exhibido en gran formato en el stand de El Ilustradero, además de otros objetos, como playeras, botones o estampas.