Cuatro bailarinas en trajes dorados fueron la carta de presentación para dar salida al cómico, que llegó vestido de negro y saludando efusivamente. "Me encanta el Teatro Galerías, es un lugar de mucha tradición. Me gusta más hacer teatro que cabaret, porque en el cabaret la gente se pone muy borracha y saca el código postal", dijo para arrebatar las primeras carcajadas de la noche. Acompañado de un conjunto musical que hacía enfásis en las partes chuscas de su monólogo, el espectáculo alternaba bailables con videos de sketches cómicos de sus personajes. Adrián interactuó con el público desde el principio. "Bienvenidos: a la pareja que llegó tarde", dijo exhibiendo a unos asistentes que entraron 10 minutos después de iniciado el show. Hombres y mujeres, relaciones de pareja, jóvenes ricos y famosos fueron los blancos de sus chistes. Poncho Aurelio saluda a su "jefe", el secretario de Movilidad. La primera caracterización de la noche fue para dar vida a Poncho Aurelio, un policía vial corrupto. El comediante aprovechó la ocasión para bromear con el secretario de Movilidad, Mauricio Gudiño, quien estaba entre el público: "Le prometo que ni una mordidita jefe... Bueno, nomás de mil pa' arriba". Luego vino el turno de Carmelo, un mesero homosexual, vestido con su chaleco de lentejuelas brillante y su corbatín de moño:"Yo soy Carmelo, de todos los meseros el primero, y estoy muy contento de estar en Guadalajara, donde tienen la denominación de origen". El norteño de Perros Bravos, Nuevo León, Serapio Treviño de la Garza, llegó para quejarse de su mujer y terminó siendo uno de los más aplaudidos de la noche. El personaje favorito de Uribe, ''El Vítor'', un chofer de microbusero amante de las cumbias, fue el último en salir a escena. Invitó a dos chicas a pasar al escenario a bailar en el concurso "Naqueando por un sueño" y después sumó a más personas para recrear un episodio en vivo de "100 mexicanos dijieron", cuyos participantes terminaron siendo objeto de las burlas sin que ellos mismos pudieran contener la risa.