Consuelo Hernández fue al supermercado a comprar galletas cuando vio que el etiquetado traía la advertencia: “Exceso en calorías y exceso en azúcares”. “Es bueno que avisen porque podemos reflexionar sobre lo que consumimos. En mi caso, no voy a dejar de comprarlas, pero voy a tratar de comer menos”.Dice que podría dejar de consumir otros productos o escoger sólo sus favoritos, con el objetivo de cuidar su salud. En los supermercados y otros comercios de la zona metropolitana ya circulan productos con las nuevas advertencias. La norma NOM-051 regula la información comercial y sanitaria que debe contener el etiquetado del producto, ya sea de fabricación nacional o extranjera. Éste debe advertir de forma clara y veraz sobre el contenido de los nutrimentos críticos e ingredientes que representan riesgos para la salud en un consumo excesivo, como calorías, sodio, grasas y azúcares.Al respecto, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informa que la Norma Oficial Mexicana entrará en vigor el próximo 1 de octubre, pero se dará hasta el 30 de noviembre para la transición, sobre todo para la comercialización de productos que tardan más tiempo en ser vendidos. A partir del 1 de diciembre de 2020 comenzarán las sanciones a quienes incumplan.Con la entrada en vigor del nuevo etiquetado frontal de alimentos en México, prevén evitar 1.3 millones de nuevos casos de obesidad o sobrepeso, que representan una reducción de 14.7% en la prevalencia, de acuerdo con un modelo de impacto realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). También se descubrió que se podrían ahorrar 1.8 mil millones de dólares en costos de atención médica durante cinco años, que incluyen una estimación de 1.1 mil millones de dólares ahorrados en costos de atención médica. Y el resto por costos indirectos, como la incapacidad para trabajar, los gastos del cuidador y la muerte prematura.El estudio analizó los cambios en el peso corporal en función de las reducciones estimadas en la ingesta de calorías debido a las etiquetas de advertencia y para determinar el ahorro de los costos resultantes, tras una encuesta representativa sobre el consumo de alimentos y bebidas entre más de seis mil adultos mexicanos.También se proyecta que se reduzca el consumo por persona en México en 37 calorías al día (divididas en 23 calorías al día por consumo reducido de bebidas y 14 calorías al día por consumo reducido de refrigerios).Además, podrían tenerse resultados mejores a los reportados en el estudio, debido a que los autores realizaron un análisis de sensibilidad basado en el impacto del etiquetado observado en Chile y Uruguay.“Se proyectan reducciones más dramáticas en la prevalencia de la obesidad y los costos asociados para los hombres, jóvenes e individuos de nivel socioeconómico medio y alto”, se indica.Otro análisis titulado “La obesidad en México. Estado de la política pública y recomendaciones para su prevención y control”, del Instituto Nacional de Salud Pública, señala que en 2014, los costos médicos relacionados con la obesidad representaron 34% del gasto público en salud y causaron una pérdida de productividad estimada en 71 mil 669 millones de pesos (0.4% del Producto Interno Bruto) por año.Destaca que, tras las medidas fiscales implementadas, como el desincentivo al consumo de los alimentos y las bebidas poco saludables, en 2015 se redujo 9.7% el consumo de las bebidas azucaradas, principalmente en hogares de nivel socioeconómico bajo. Además, la compra de agua embotellada se incrementó 2.1 por ciento. “Asumiendo una reducción de 10% en el consumo de las bebidas azucaradas y una compensación calórica de 39%, en 10 años se podrían evitar 189 mil 300 nuevos casos de diabetes, 20 mil 400 nuevos casos de infarto del miocardio y 18 mil 900 muertes”, señala el estudio.El nuevo etiquetado frontal que advierte sobre el exceso de grasas, calorías y azúcares en las bebidas y los alimentos es “de los mejores del mundo”, reconoció el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés). “Contempla las mejores experiencias internacionales y la evidencia científica más actualizada y relevante, por lo que podría incluso convertirse en un ejemplo para otros países que atraviesan este proceso de lucha contra el sobrepeso y la obesidad”, contestó Christian Skoog, representante de la Unicef en México.La nueva Norma Oficial Mexicana (NOM) 051, resultado de una reforma a la Ley General de la Salud aprobada por el Congreso de la Unión en octubre pasado, contempla nuevos sellos de advertencia en los productos con excesivo contenido calórico, con base en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).A recomendación de Unicef, se incluirán leyendas para advertir sobre la presencia de cafeína y edulcorantes, como ingredientes no recomendados para menores de edad.El presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas, Iñaki Landáburu Llaguno, rechazó el nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas. Consideró que sólo propiciará “la caída de las ventas en 25%”.Explicó que la modificación a la norma impactará a las empresas productoras de alimentos procesados; es decir, 140 firmas mayoristas y 630 mil tienditas de abarrotes del país, pues “estarían en riesgo del cierre en el mediano y largo plazos”.El pasado 31 de julio se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo respecto a las actividades de verificación de la modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, en donde se indica que las “especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas pre-envasados, información comercial y sanitaria”, entrarán en vigor a partir del 1 de octubre de 2020. Se trata de la primera de tres fases distintas. En esta primera etapa, establecida hasta el 30 de septiembre de 2023, el cálculo y evaluación de la información nutrimental complementaria tendrá como eje los nutrimentos críticos añadidos al alimento o bebida no alcohólica. Por ejemplo, si se agregan azúcares añadidos, se deberán evaluar los azúcares y las calorías. Y así con el resto de los criterios.Del 1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2025 iniciará la segunda fase de etiquetado, que toma en cuenta el cálculo y evaluación de los nutrimentos críticos añadidos al alimento o bebida no alcohólica.Y la tercera fase, después del 1 de octubre de 2025, prevé incluir en la etiqueta los añadidos: azúcares libres, grasas o sodio. Y que el valor de energía, la cantidad de azúcares libres, de grasa saturada, de grasas trans y de sodio cumplan con los nuevos perfiles nutrimentales.Además, en la publicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010 del 27 de marzo se indica que, después de 180 días naturales, la Secretaría de Economía y la Secretaría de Salud determinarán conjuntamente, en el ámbito de sus respectivas competencias, los indicadores apropiados con datos cuantitativos o cualitativos que permitan evaluar y soportar técnicamente los resultados en la implementación de esta modificación. “Cada una de las tres fases deberá ser evaluada por separado mediante la aplicación de tales indicadores, a partir de que éstas se encuentren concluidas, en el entendido que la última será realizada con los datos obtenidos al 30 de septiembre de 2028”, se menciona en el documento.Los resultados serán difundidos y de acceso público dentro de los seis meses siguientes a la conclusión de cada periodo.LA VOZ DEL EXPERTOMaría del Refugio Torres Vitela (investigadora de Farmacobiología en la UdeG)María del Refugio Torres Vitela comenta que el nuevo etiquetado es una buena opción para que los consumidores puedan decidir los mejores alimentos. El problema es que mucha gente no sabe interpretar la información nutrimental, por lo que se debería lanzar una campaña nacional de educación. Además, los interesados podrían buscar asesorías de nutriólogos. “Se necesita que la gente aprenda que sí debe comer... puede ser complicado porque estamos más acostumbrados a calcular mediante la base calórica. Para empezar, no se sabe que los edulcorantes son los sustitutos del azúcar, recomendados para personas con diabetes. La gente se asusta y no va a querer consumir, pero se sabe que los edulcorantes autorizados son seguros, no causan riesgo, no hay razón para satanizarlos”.También puede ocurrir que exista un alimento nutritivo bueno, pero con alto contenido en calorías, por lo que la gente no lo va a querer comprar. Y recomienda a las personas que primero busquen informarse, antes de asustarse. “Hay que recordar que los alimentos etiquetados son menos riesgosos en el sentido de que hay quién responda por ellos”.Por otro lado, opina que el plazo para el cambio es muy corto, lo que podría golpear al sector o hasta provocar desabasto de los alimentos.El jueves 13 de agosto, la diputada jalisciense Erika Pérez García, integrante del Grupo Parlamentario de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), presentó una iniciativa para prohibir la distribución, venta, exhibición y suministro en cualquiera de sus formas, “de bebidas azucaradas y alimentos que excedan los límites máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas trans y sodio añadido, que establece la Norma Oficial Mexicana correspondiente, en instituciones públicas y privadas de educación básica y media superior de Jalisco”. Para ello se necesitaría reformar la fracción II del Artículo 61 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de Jalisco.Además, propone reformar la fracción III del Artículo 38 de esa ley, para considerar programas de prevención e información y combatir los trastornos de la conducta alimentaria mediante la promoción de una alimentación adecuada y equilibrada, el consumo de agua potable y el fomento del ejercicio físico.Aunque desde 2016 ya se prohíbe la venta de comida chatarra al interior de los planteles, indicó que se trata de una ampliación de la reforma, pues no se establece en la Ley de los Derechos de los Niños. La iniciativa fue turnada a las comisiones de Estudios Legislativos y Reglamentos, y a la de Asistencia Social, Familia y Niñez.A principios de agosto, el Congreso de Oaxaca aprobó prohibir la venta directa a menores de edad de bebidas azucaradas y productos con alto contenido calórico. Para eso se modificó la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.Días después, el Congreso de Tabasco tomó la misma decisión y anunció que prohibiría a menores de edad la venta, distribución, donación, dádiva y suministro de bebidas azucaradas preenvasadas, bebidas azucaradas carbonatadas, golosinas y alimentos preparados con predominio de carbohidratos, así como grasas vegetales en su forma sólida que contengan ácidos grasos hidrogenados en su forma trans.GUÍASodioConsumir dos gramos de sodio al día, equivalentes a cinco gramos de sal.CaloríasIngerir entre mil 600 y dos mil calorías al día para las mujeres, y para los hombres entre dos mil y dos mil 500. La cantidad depende de la actividad física que se realice y otros aspectos, como la edad.Grasas transMenos de 2.2 gramos con una dieta de dos mil calorías.Grasas saturadasLas grasas deben representar entre 15% y 30% de la ingesta energética diaria total.AzúcaresTanto en los adultos como en los niños, el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos de 10% de la ingesta calórica total. Una reducción produciría beneficios adicionales para la salud.Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS).INFORMACIÓNPara más información sobre los azúcares: https://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sugar_intake_information_note_es.pdf?ua=1En días pasados, Juan Rivera Dommarco, director del Instituto Nacional de Salud Pública, aseguró que 30% de las calorías que se consumen proviene de refrescos y comida chatarra. “Estamos dejando nuestras tradiciones alimentarias y adoptando tradiciones de países que no saben cómo comer”.Ruy López Ridaura, director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), refirió que el problema de salud pública vinculado con la alimentación debe resolverse a través de dos vertientes: transformar el sistema agroalimentario y cambios al modelo, desde la prevención del problema y la atención de pacientes para disminuir las complicaciones.Acentuó que, aunque se ha criticado que parece que el etiquetado de alimentos es la única estrategia que se tiene para una alimentación saludable o para el combate de la obesidad, se está trabajando en una política pública integral, mediante la alianza Gisamac, que significa Grupo Intersecretarial para Alimentación, Medio Ambiente, Salud y Competitividad. “Hay toda una política para la modificación de los entornos escolares, seguimos con las escuelas como una fábrica casi de niños con obesidad”.De acuerdo con estimaciones, México creció más de 50% en las prevalencias de obesidad durante los últimos 20 años. Además, una cuarta parte de los adultos mexicanos tiene hipertensión y 14% de las personas también adultas padece diabetes.TELÓN DE FONDOLa Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informó que México ocupa el primer lugar en sobrepeso y obesidad, seguido por Estados Unidos. Incluso, las tasas de México están por arriba de la India, China, Indonesia, Estonia, Brasil, Rusia y Sudáfrica, que no integran la OCDE, pero que tienen convenios de colaboración (agrupa a 33 de los países más ricos del mundo). De acuerdo con el informe “La obesidad y la economía de la prevención”, en México 30% de la población tiene obesidad y 70%, sobrepeso. Le sigue Estados Unidos, con 28% y 68%, respectivamente, mientras que las naciones menos afectadas son Japón, Corea del Sur y Suiza. Para la OCDE, la tasa se triplicó en muchos de los países desde 1980. Antes de esa década, una de cada 10 personas era obesa. El informe determinó que la obesidad se está convirtiendo en el enemigo público número uno en cuestión de salud en la mayoría de los países socios. En los niños, uno de cada tres tiene sobrepeso. Para Franco Sassi, economista en salud de la organización y autor del informe, México y Estados Unidos son los más afectados por esta epidemia. Atribuyó el incremento de la obesidad y el sobrepeso al aumento de la ingesta de calorías, por los cambios en las tecnologías en la producción de los productos y por la promoción de los alimentos. “La comida es mucho más barata que antes, en especial la comida que no es particularmente saludable… y la gente está cambiando sus hábitos, tiene menos tiempo para cocinar y come más en restaurantes”. A esto, agregó, se suma el hecho de que la gente hace menos ejercicio físico. Por eso propuso a todos los países la adopción de medidas que regulen la publicidad de los alimentos, sobre todo aquellas dirigidas a los niños, además de implementar un etiquetado claro que indique las calorías, grasas y sal de los productos. Por su parte, Michelle Cecchini, analista de políticas en salud y coautor del informe, afirmó que no hay un sólo factor responsable o causante de la obesidad, pero tampoco hay una cura mágica. Por ello, es necesario implementar un paquete de intervenciones: campañas de promoción de salud, impuestos, subsidios, reglamentos gubernamentales y consejos de médicos familiares para revertir el problema. Indicó que el precio de atacar la obesidad sería tan bajo como 12 dólares per cápita en México, 19 dólares en Japón e Inglaterra, 22 dólares en Italia y 32 dólares en Canadá. Se prevendrían 55 mil muertes anuales en nuestro país, 40 mil en Canadá y 75 mil en Italia.Vida saludableSigue: #DebateInformador¿El nuevo etiquetado en productos detonará una mejor salud entre los mexicanos?Participa en Twitter en el debate del día @informador