“Un Estado fallido”. Así es como el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) por el Gobierno del Estado, Miguel Ángel Martínez Espinosa, ve a Jalisco en materia de seguridad pública. Afirma que quiere ser gobernador porque las autoridades municipales y estatales han demostrado “claramente” que ese tema se les ha ido de las manos.“Hablamos de una situación de descomposición, de tal manera que ha puesto en peligro la convivencia de las personas. Los delitos de alto impacto han crecido de manera espectacular y lo único que hay en los últimos tres años es un cruce de reproches entre autoridades municipales y estatales… incapacidad de los dos. Ni siquiera (hay capacidad) para poner en el cargo a una persona que sepa de seguridad pública”.Por eso se dice confiado de poder hacer un mejor trabajo y, de recibir la mayoría de votos el próximo 1 de julio. Adelanta que colocará en los puestos claves de seguridad e impartición de justicia a perfiles que ya han probado resultados positivos. “Sé quiénes lo hicieron bien y debemos traerlos de regreso. No hay que meter políticos improvisados a funciones que, técnicamente, demandan conocimientos superiores”.Explica que las consecuencias de improvisar en la función pública las padecen los ciudadanos, y eso es lo que ocurre con los indicadores en aumento, como robos, homicidios y desapariciones.Reconoce que el PAN en el Estado ha atravesado por momentos críticos, pero que éstos han quedado en el pasado. Y no sólo eso. Afirma que la estructura del blanquiazul es tan sólida que tiene posibilidades serias de regresar a Casa Jalisco, tras seis años de priismo.“El PAN siempre busca contender y aspira a ganar, y ésta no es la excepción. Vemos un candidato consolidado en la intención de voto (se refiere a Enrique Alfaro), pero cuyo espectro de votación ronda apenas a un tercio de los electores; por lo tanto, hay dos terceras partes del electorado susceptibles de conquista. Por supuesto que estamos competitivos”.Miguel Ángel Martínez es un lector “voraz” que no esconde su profesión ni su afición por la lectura. Por eso presume que “sí ha leído más de tres libros”. Antes que abogado, se considera un político y, además, el político con las mejores tablas entre quienes competirán por la gubernatura. “Tengo una carrera más larga y una formación más depurada. Yo no soy un improvisado en el negocio”.Hoy ve a un PAN en Jalisco fortalecido, después de un periodo de crisis, y en Ricardo Anaya ve a un candidato presidencial aliado, aunque reconoce que es “raro” que éste juegue también del lado de su rival por Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro. “Él trabajará con quien esté de gobernador, pero creo que habrá más afinidad ganando nosotros. Nosotros estamos decididos a participar y no sólo para rellenar un espacio, sino participar compitiendo. Y cuando se compite se aspira a ganar siempre”.—¿Quién es Miguel Ángel Martínez Espinosa?—Soy tapatío, hijo de padres tapatíos. Soy jalisciense de cepa. Provengo de una familia de siete hermanos. Mi padre milita en el PAN desde 1956, de él heredé mi vocación por la política. Estoy casado desde hace casi 24 años con Rosana Quiñones y tengo tres hijos: Rosana, María Luisa y Miguel de Jesús, ya adolescentes los tres. Tengo una familia integrada y cuido mucho su integridad. Me defino como un hombre de familia, abogado, atlista, de fe católica… Soy un católico estándar y no soy un fanático de mis ideas, sino un hombre de diálogo.Casi 18 años ocupé de manera ininterrumpida espacios de responsabilidad en lo público.—¿Cuántos son en su familia y a qué se dedican?—Soy el tercer hermano de los siete. Tengo dos hermanas mayores y luego seguimos cinco varones.—¿Es el único político?—Mis hermanos en algún momento participaron en la vida partidista (del PAN), pero en activo en la política en estos momentos sólo estoy yo.—¿Su padre es su inspiración política?—Sí, aunque hay otros, particularmente Efraín González Morfín, de quien recibí cátedra en la universidad. El maestro Gildardo Gómez Verónica: un hombre extraordinario como orador y con unas cualidades sobresalientes en ese ámbito, con un gran dominio de la teoría de la Constitución y de los sistemas políticos. Gabriel Jiménez Remus, jalisciense ejemplar.También (Carlos) Castillo Peraza, Efraín González Luna, (Manuel) Gómez Morín y Adolfo Christlieb Ibarrola…—¿Dónde estudió?—Estudié en el preescolar en un colegio chiquito donde luego estudiaron mis hijos: el Colegio Matel, de las religiosas del verbo encarnado. Cursé la primaria en la Urbana 759, en el fraccionamiento 18 de Marzo. La secundaria fue la Técnica 14 y, la preparatoria, en la 6 de la Universidad de Guadalajara, en Miravalle.Los estudios superiores los cursé en el ITESO, atraído por la presencia de Efraín González Morfín. Tuve oportunidad de cursar parcialmente un postgrado en filosofía en la UNIVA y cursé una maestría, concluida ya, en planificación de la educación en el módulo que la Universidad de Alcalá de Henares estableció en la Ciudad de México, para los países de Latinoamérica. Ahí cursé el doctorado del mismo nombre y tengo pendiente mi tesis de grado para titularme.—¿Siempre quiso ser político?—Sí. De alguna manera en el ambiente de casa y en la presencia pública siempre estaba esa emoción, mística, de participación en la política.—¿Usted es el político más profesional entre los candidatos a la gubernatura?—Tendría que decir que yo, pero sonaría a presunción. Tengo una carrera más larga y una formación más depurada. No soy un improvisado en el negocio. Me he preparado desde todos los ángulos posibles: desde el académico hasta el práctico. He transitado por los tres Poderes y en los tres niveles de Gobierno.—Además de la política y la función pública, ¿tiene otros negocios?—Soy abogado de profesión y la ejerzo. He sido docente en diferentes instituciones educativas. Fundamentalmente me he dedicado a eso. No tengo nada que ocultar en mi patrimonio y no hay nada discutible en él. Soy esencialmente político y no me disfrazo de ciudadano: soy político.—¿Viaja mucho?—Sí. Tengo diferentes modos de viajar. Unos tienen que ver con el trabajo, pero también me gustan los viajes de recreo. Con la familia, sobre todo, disfruto mucho tomar el coche y salir a hacer recorridos cortos o largos. De punta a punta hemos recorrido el país y buena parte del Estado. (El mundo) lo he recorrido en la función pública. Salvo algún viaje de recreo a los Estados Unidos con la familia y algún viaje de recreo con mi esposa a Europa, casi todos los viajes al extranjero los he hecho en la función pública. Creo que mis recorridos por Europa Occidental son los más largos. Conozco lo suficiente Portugal, España, Francia e Italia.—¿Cuál es el mejor libro que ha leído y el que nunca recomendaría?—Tendría que hablar más de autores que de libros en concreto. Mis convicciones políticas se pueden remitir casi todas al humanismo político de Efraín González Luna. Pero hay cosas espectaculares en la obra de (Manuel) Gómez Morín. Hablando del ámbito literario, este año leí la novela más reciente de Javier Marías, que se llama Berta Isla. También me gustan (Mario) Vargas Llosa, (Carlos) Fuentes, (Julio) Cortázar…No me gusta mucho la “felizología”. Ese tipo de cosas ni las creo ni me gustan. Pero respeto.—¿Por qué quiere ser gobernador?—Primero: porque tengo en mi haber la experiencia y capacidad para ver los problemas y construirles soluciones. Segundo: porque me duelen los mismos problemas que le duelen a la gente. Me desespera la corrupción, me enoja, me molesta, me indigna. Me parece que allí hemos quedado a deber todos, incluso, tratándose de la actividad política, la impunidad ha sido contraproducente porque nos ha perjudicado a la clase política en nuestra reputación y buena fama.Me preocupa la seguridad pública y que a los gobiernos se les fuera el tema de las manos. Cuando hablamos de un Estado fallido, hablamos de una situación de descomposición de tal manera que ha puesto en peligro la convivencia de las personas. Los delitos de alto impacto han crecido de manera espectacular y lo único que hay en los últimos tres años es un cruce de reproches entre autoridades municipales y estatales e incapacidad de los dos, siquiera, para poner el en cargo a una persona que sepa de seguridad pública.Entonces, de que lo pueda hacer mejor que ellos, estoy seguro que puedo. Y no apelando a que sea mejor jefe policíaco: sé quiénes lo hicieron bien y hay que traerlos de regreso. No meter políticos improvisados a funciones que, técnicamente, demandan conocimientos superiores. Lo que pasa cuando se improvisa en la función pública es que la población padece. Padece en seguridad como padeció en Salud con (Antonio) Cruces Mada, quien por cierto este gobierno parece que no va a querer tocar, pero su negligencia criminal puso en riesgo la salud de los jaliscienses.—¿Cuando habla de regresar a quienes lo hicieron bien en seguridad se refiere a Luis Carlos Nájera?—Por supuesto que no. El sexenio con menos problemas de seguridad fue el de Francisco Ramírez Acuña. Gerardo Octavio Solís Gómez era procurador y Alfonso Gutiérrez Santillán secretario de Seguridad. Por lo menos hay que preguntarles a los que saben y no improvisar con quienes no saben. Aquí hay negligencia criminal de ambos.Pobreza: Tragedia. Riqueza: Abuso. Corrupción: Mal a combatir. Impunidad: Indignación. Delincuencia: Dolor. Familia: Lo más preciado. Amistad: Valor muy grande. Enemigos: No tengo. Enrique Peña Nieto: Corrupto. López Obrador: Impostor. Ricardo Anaya: Hombre decidido. José Antonio Meade: Tecnócrata. Aristóteles Sandoval: Corrupto. Enrique Alfaro: Engañador. Miguel Castro: Buen tipo. Raúl Padilla: Factor positivo y negativo. Miguel Ángel Martínez: Hombre centrado.Miguel Ángel Martínez es el tercero de una familia de siete hermanos. Tiene 24 años de matrimonio y tres hijos adolescentes. Es abogado, aficionado del Atlas y católico. Ha trabajado en el Congreso del Estado, ha sido regidor en Guadalajara y funcionario en las Secretarías estatal y nacional de Educación, durante las administraciones de Francisco Ramírez Acuña, Emilio González y Felipe Calderón. Se considera un “hombre de casa” al que le duelen los problemas de Jalisco. Afirma que le duele la corrupción y el hecho de que ésta se incrustara a tal escala en la esfera política, que ahora todo su gremio goce de una mala reputación. TEMAS CRÍTICOSHay que seguir hablando de educación. Tenemos un problema muy grave: el Gobierno del Estado ha mentido con las cifras de educación. Las cifras entre las cifras de cobertura del Gobierno en sus informes y las que da el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. El informe del gobernador dice que hemos rebasado el 70% de cobertura (en preparatoria); el Instituto dice que es 59 por ciento. El Gobierno estima los datos y el Instituto toma los registros.Más del 40% de quienes tendrían que estar en la prepa no están inscritos.Luego nos preguntamos qué expectativa salarial tienen. ¿No estará por ahí el problema de que cuatro quintas partes de los jaliscienses ganen menos de tres salarios mínimos? ¿No tendríamos que irnos a una cruzada por retener a esos muchachos (para evitar que se sumen a las filas de la delincuencia) y por hacer de la educación un elemento pertinente?Debemos apoyar lo que se hace: garantizar que el fiscal anticorrupción sea autónomo y que cada uno de los órganos del poder público que se están creando lo sean también. Y el que todo esté entramado no nos haga perder de vista cosas que son muy fáciles de detectar cuando se realizan acciones de inteligencia financiera. A todos los que han atrapado en corrupción lo han hecho por el crecimiento de su patrimonio. No hay que explorarle mucho, sino ser mucho más puntuales en el seguimiento de la evolución patrimonial de los servidores públicos.Hay que dotar, a las instituciones que se están creando, de medios de inteligencia financiera para seguir la evolución del patrimonio de las personas. Allí donde el patrimonio crece, sin que se justifique, hay un síntoma claro de corrupción. Y allí es donde se tiene que rascar. Como dice el dicho antiguo: Vende cera el sacristán y no tiene cerería. ¿De dónde la sacaría?El combate a la pobreza, en un horizonte en el que la empleabilidad crece, tiene que ver ahora con la reducción de la brecha salarial. Hay una brecha muy grande entre los que más ganan y los que menos.Esta brecha de desigualdad económica nos coloca como el país más desigual de la OCDE. Esto tiene que abatirse buscando la generación de otras fuentes de trabajo que requieran mano de obra de mayor especialización, y acompañar este proceso con infraestructura educativa para que se generen espirales de crecimiento y desarrollo.Que las empresas sean cada vez más desarrolladoras de tecnología y que requieran cada vez más calificadas, además, que el sistema educativo aporte esas calificaciones. La cualificación de las personas es una condición para que mejore su nivel salarial. Para eso, y no para los discursos oficiales, sirve la estrategia de triple hélice.Se dio certeza a partir de la resolución de la Corte y de que la presa de El Zapotillo va a quedar a la altura que ya está construida, pero se tienen que explorar nuevas acciones.Tenemos un grave problema de abasto para la Zona Metropolitana de Guadalajara y Los Altos de Jalisco, y tenemos problemas de saneamiento de las aguas.Vivimos al margen de uno de los ríos más contaminados del mundo y el lago más importante del país tiene problemas gravísimos de contaminación que están generando enfermedades renales a las personas que viven en la ribera. Son temas de los que nos tenemos que ocupar con seriedad.Este tema tenemos que convocar en los primeros meses de la administración a los que saben del tema y definir, de una vez por todas, la ruta que vamos a seguir. Debe haber una definición en el primer año. La prioridad es agua para Los Altos y la Zona Metropolitana… y el saneamiento de nuestras cuencas.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina de la seguridad pública en Jalisco durante los gobernadores del PAN?Participa en Twitter en el debate del día @informador