Domingo, 13 de Octubre 2024
Economía | México se relega al lugar 76 entre los países que más dinero destinan al ahorro bruto

Desaprovechan el mercado de inversiones y cuentas de ahorro

México se relega al lugar 76 entre los países que más dinero destinan al ahorro bruto

Por: EL INFORMADOR

Ignacio Ávalos ha construido una carrera de comerciante gracias a su perseverancia por tener un ahorro. EL INFORMADOR / A. García

Ignacio Ávalos ha construido una carrera de comerciante gracias a su perseverancia por tener un ahorro. EL INFORMADOR / A. García

GUADALAJARA, JALISCO (21/JUN/2016).- México es capaz de ahorrar apenas 19 de cada 100 pesos de su Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, su población no aprovecha las diversas alternativas que ofrece el mercado de inversiones ni de cuentas de ahorro para evitar que la moneda se deprecie con el paso del tiempo por la inflación.

De acuerdo con un reporte generado por el Banco Mundial, en 2014 México se colocó en el lugar 76 de 248 países evaluados que más dinero destinan al ahorro bruto. Los mexicanos generan ahorros de 19.54 pesos por cada 100 de pesos que integran el PIB.

Este ahorro bruto se calcula como el ingreso nacional bruto menos el consumo total más las transferencias netas, y el insumo informativo para este análisis son las cuentas nacionales y los archivos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Países como Qatar, China y Kuwait ahorran hasta la mitad de sus ingresos y se debe, principalmente, a que sus pirámides de población están rebosantes en población económicamente activa y porque sus gobiernos gastan más en proyectos productivos.

De los 76 millones de adultos que había en México en 2015, la encuesta de inclusión financiera publicada el año pasado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores reportó que el 44% tiene por lo menos una cuenta de ahorro como producto financiero. Un crecimiento de 8% si se toma en cuenta la edición anterior; sin embargo, lejos de la capacidad instalada de servicios financieros, como los bancos, las bolsas de inversión y productos como Cetes o pagarés.

Mientras que 44 de cada 100 mexicanos tiene una cuenta de ahorro, 29 de cada centenar de personas tienen una tarjeta de crédito. Pero el número decrece a 18 de cada 100 sobre los que dicen destinar parte de sus ingresos en un seguro.

¿Qué hacer con esos 46.2 millones de mexicanos que están en posibilidades de ahorrar y que no lo están haciendo? Los especialistas sugieren que muchos de ellos apenas viven con el salario que se les paga, otro más gasta lo que tiene porque no hay cultura financiera, y una pequeña parte lo destina a guardarlo a través de mecanismos poco seguros, como las tandas, rifas y en el cochinito.

Aunque el año pasado México cerró con una cifra récord de la inflación de 2.13%, para mayo de este año el Banco de México ya reporta una cifra de 2.60%. Ésta podría crecer debido al cambio de tasas de interés de referencia, determinadas por el vaivén de los mercados y la Reserva Federal de Estados Unidos. Si hoy usted ganó 100 pesos, para el final de mes valdrán 97.40 pesos sólo por el efecto inflacionario.

SE DEJA AL FINAL

Sofía Macías es la creadora del blog "Pequeño Cerdo Capitalista", uno de los portales sobre finanzas personales más leídos en México. Su éxito radica en hacer sencillo un tema que uno pensaría que es complejo de entender.

En este caso, ella habla del ahorro. “El mayor problema del ahorro es que siempre lo dejamos al final, y así es muy difícil”.

Una recomendación es programar antes de comenzar a gastar. Desde un portal de un banco se pueden hacer transferencias entre cuentas para evitar desembolsar lo que se trae en la tarjeta. Otra es tener claras las metas de ahorro. El éxito financiero se logra cuando hay una perspectiva de futuro y un plan para lograrlo.

“A mí no me gusta el tema de los porcentajes porque a veces desmotiva. Además, cada persona tiene necesidades distintas. Lo importante son las metas y que se tenga una manera de llegar a ella”.

Aunque hay un crecimiento en la cantidad de personas que se acercan a instituciones financieras para ahorrar, en diferentes instrumentos, lo cierto es que todavía estamos por debajo de la mitad de la población. Sin embargo, “siempre será mejor que una empresa regulada te cuide tu dinero”.

También habla de los riesgos que supone prestar el dinero sin documentos de por medio, entregarlo a cambio de supuestos proyectos de pirámides, incluso tenerlo en casa esperando a que pueda ser robado por alguna persona.

¿Desde cuándo es bueno ahorrar?, se le pregunta: “Desde que te dan tu primer domingo, la educación financiera en adulto es buena, pero donde realmente se hacen cambios es en la juventud y los niños, si sus papás quieren que sus hijos estén mejor que ellos, que los niños tengan una alcancía”.

Al igual que en el blog, en el libro "Pequeño cerdo capitalista" se muestran algunas recomendaciones que, con permiso de la autora, reproducimos a continuación:

Los consejos

1.- Dile a tu jefe que te eche la mano. En todas las empresas tienen habilitado un mecanismo que se llama “descuento por nómina” que tiene dos modalidades: que te descuenten para la caja de ahorro de la empresa y te lo den a fin de año, o que lo manden directamente a tu Afore como ahorro voluntario.

2.- Ahorro a domicilio. Programa a tu banco, por medio de tu cuenta electrónica, que cada determinado día, digamos todos los 2 y 16 de cada mes, te quiten de tu cuenta de nómina, débito o la que quieras una cantidad y la manden a un fondo de inversión o cualquier otro instrumento en el que no lo tengas tan disponible y puedas ir ganando intereses. Este mecanismo se llama “domiciliación”.

3.- Tajada automática. En este caso tú autorizas al fondo de inversión, pagaré o lo que hayas elegido a que cada mes (o quincena) sin consultarte te hagan un cargo automático y se lleven de tu cuenta el monto que quieres ahorrar.

GUÍA

¿Cómo pasar del ahorro a la inversión?

De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), el ahorro es guardar una parte de tu ingreso hoy para utilizarla en el futuro, mientras que la inversión es la cantidad que tienes ahorrada y en vez de sólo guardarla se busca incrementarla.

Algunos mecanismos de inversión básica son los siguientes:

Instrumento Inversión mínima Ganancia
Cuenta de ahorro 500 pesos Menos del 1%
Pagarés bancarios 5,000 mil pesos Del 1 al 5% (depende del monto)
Cetes directo 100 pesos 4%
Afore (Aportaciones voluntarias) 100 pesos 13.3% (varía según la Afore)
Sociedades de inversión De 2 mil a 10 mil pesos Variable

VOCES

Siempre hay que tener un “clavo” para la emergencia

El 4 de mayo de 2014, un incendio se devoró el antiguo edificio del Mercado Corona y, con él, también se fueron tres locales que por más de 20 años fueron atendidos por Ignacio Ávalos López y su familia. El Ayuntamiento tapatío les ofreció espacios en la calle para remediar sus ingresos, pero acentúa que lo que a ellos los salvó de la bancarrota fue “el clavito”, como él llama al ahorro.

Con 59 años de edad, cuatro hijos, un estacionamiento y tres locales, el microempresario hoy está consistente que la única mentalidad que te hará resolver la independencia financiera es que “en el ahorro está la base de la riqueza. El negocio te puede ir diciendo si va a pegar o no, pero si el riesgo es alto, los ahorros sirven para pasar las épocas malas”.

Aunque no maneja un porcentaje estricto de dinero para depositarlo en cuentas bancarias o en inversiones financieras, “siempre trato que sea arriba de 10 por ciento. Pero en el comercio las cosas cambian todos los días, así que no puedo decirte cuánto es lo que ahorro al día o al mes”.

Para tratar de superar la barrera de la inflación, este taquero, carnicero y menudero, ha diversificado su portafolio de inversiones. “No te sé decir en qué invierto, pero es mucho mejor que tenerlo en la casa. En la casa es peligroso, te lo roban todos”.

Además, en el sector financiero “pues te dan poquito, pero te dan algo. Por lo menos no le estás perdiendo, además de que hay opciones para que el banco no te cobre o te cobren el mínimo. Si quieres que las inversiones te den mucho, tienes que tener mucho, y no es mi caso”.

Antes del incendio del Mercado Corona, los ahorros que había generado a lo largo de su vida le sirvieron para remediar los problemas cotidianos que pueden surgir en un día cualquiera. Por ejemplo, el día que una de sus hijas chocó y tuvo que entrar al quite con el pago.

A partir de ese aprendizaje, ya contrata seguros de automóviles “por si las dudas”. Y hasta el momento, no tiene queja y todas las empresas aseguradoras “me han respondido”. Por eso no deja de recomendarle a las personas que “por más poquito que ganes, siempre hay que apartar algo. Que tu emergencia no sea conseguir dinero sino arreglar el problema”.

“Yo a los bancos ni les entiendo”

“Yo soy cero tecnología, no tengo celular, no le entiendo a los bancos y, la verdad, para qué me meto ahorita si ya estoy grande”. Se llama Abelina Torre Beltrán, es una mujer de 78 años que sí ahorra, pero como muchas personas en México, los tiene distribuidos en tandas o “escondidos” en su casa.

Madre de dos mujeres con las que vive, es la encargada de administrar el gasto en el hogar. Si compara precios de la despensa, si ahorra agua lavando a mano y no en lavadora, o si reduce el consumo de energía eléctrica, “hay semanas que puedo ahorrar unos 500 u 800 pesos”.

Además, “yo tengo que aprovechar mi edad. Cuando salgo de vacaciones tengo boletos gratis, en el camión pago la mitad, y mis gastos la verdad es que son muy básicos”. Para la manutención de una casa ubicada en Lomas de Zapopan, sus gastos fijos son de cuatro mil 500 pesos.

Además, dice que no desembolsa mucho en entretenimiento. Su pasión ahora es leer una revista “que tiene 25 artículos y me cuesta 38 pesos al mes. Me voy a un parque muy bonito, y ahí me estoy. Esas son mis salidas. No gasto porque prefiero lo gratis”.

Cuando se le considera la posibilidad de invertir sus ahorros en una cuenta, para que no pierdan el valor inflacionario, la mujer piensa que el reportero viene de un banco y que le quiere vender un producto financiero. “No, yo de bancos tengo muy malas experiencias. Mis hijas son las que entienden más. Mira, no le debo nada a nadie y lo que llego a juntar es para vacacionar”.

“Mis ahorros dependen de mi salario”

Sentado en una banca del Centro tapatío, Mario Álvarez no gasta en tener un plan de datos para su celular. Lo suyo es utilizar las antenas gratuitas que ofrecen distintos niveles de Gobierno en los espacios públicos.

Este joven confirma lo que dice la Encuesta de inclusión financiera que acaba de publicar el Inegi junto con la Comisión Nacional Bancaria. Él es parte de la mitad de la población que no ahorra ni tiene una educación financiera que le haga ver los provechos de este tipo de disciplinas.

“La verdad no ahorramos porque somos irresponsables, porque no nos enseñaron a tener una cultura financiera. Además, no ayuda mi salario. Mis ahorros dependen de mi salario, y si mi salario apenas me ayuda para salir día a día, pues no hay mucho qué hacer con los ahorros”.

Sin decir el monto de su salario, apunta que lo más que ha ahorrado en dinero es un año. “Mis metas son cortas y para tonterías, porque no tengo muchas responsabilidades ahorita. Ahorro esporádicamente para ir a un concierto o para viajar”.

Así que si le preguntan a Mario qué son los Cetes, los fondos de inversión o los pagarés, lo más seguro es que responda con una cara de incredulidad. Por eso mejor insistir en el tema que él conoce mejor: sobrevivir con el salario.

“Yo gano lo suficiente para pagar una renta, la comida y los pendientes de la casa. Trabajo todos los días, pero no alcanza. Si quiero ahorrar, pues me tengo que limitar en mis salidas con amigos o cosas de ese tipo. Ni modo, así somos”.

BUENAS PRÁCTICAS

Aplican novedosa clase en primaria para emprender

Isaak, Mía, Javier, Juan Pablo y Rafael son cinco alumnos emprendedores que estudian en el Colegio Erikson School. Son pioneros en la materia de Educación financiera y formación de emprendedores con compromiso social.

Son alumnos de entre los seis y ocho años de edad, que cursan tercer grado de primaria y reciben formación para saber gastar sus “domingos”, abrir una cuenta bancaria e invertir una parte, donar otra y, por último, destinar otra más para adquirir algo que ellos desean.

Al arranque del ciclo escolar les entregaron un cochinito, el cual tiene cuatro compartimentos. En cada uno se destina parte de ese “domingo”.

Ante la falta de una cultura de ahorro en México, la finalidad de la clase es que los menores aprendan cómo invertir, ahorrar y proyectar lo que quieren hacer de grandes; incluso, les enseñan cómo hacer un plan de negocio, cómo manejar una tarjeta de crédito, cómo expandir un negocio, cómo buscar socios comerciales o cuánto invertir. Lo anterior es fundamental para una calidad de vida en el futuro.

La maestra que imparte la clase, Ivonne Gabriela Tirado González (también propietaria del Colegio Erikson School), tomó un diplomado en finanzas para niños y así transmite sus conocimientos a los menores de una manera fácil y sencilla.

“Es un aprendizaje para la vida, porque esto les va a servir ahora de niños y hasta que sean ancianos. Lo más importante en la clase de finanzas es que las cosas más importantes de la vida son gratis. Además está esa capacidad de soñar y de no detenerse, porque cuando se va creciendo la misma vida nos va limitando, y a esta edad tienes todo el potencial para soñar… tus sueños, si de verdad los proyectas y los disciplinas, se vuelven realidad”.

En un ejercicio aplicado por el colegio, los niños abrieron negocios para exhibirlos en las instalaciones escolares, pero un día antes publicitaron sus comercios ante sus compañeros para que llevaran dinero y pudieran comprarles sus artículos o pagar diversos servicios.

Así montaron sus empresas con creatividad y apoyo de sus padres, los cuales fueron sus socios inversionistas, pero los progenitores no estuvieron presentes.

Alumnos como Mía y Rafael decidieron instalar un spa, Juan Pablo un baber&shop, Isaak un sitio de galletas y Javier brindó servicio de limpieza de calzado. Cada uno eligió qué empresa montar dependiendo de sus gustos y, para julio próximo, repetirán la experiencia. Es parte de su materia.

La directora de la primaria, Alma Teresa Miranda Sahagún, afirma que la clase de Educación financiera y formación de emprendedores con compromiso social le gusta porque los menores aprenden a cuidar su dinero y a sacar su creatividad en algún negocio.

Sobre el ejercicio aplicado, los niños obtuvieron sus ganancias al instalar sus negocios durante un día. En promedio, la ganancia fue de entre los 200 y los 280 pesos, como el caso de Juan Pablo, quien se encargaba de dar masaje por medio de una “arañita”, además de peinar a sus compañeros y compañeras.

La clase es única en su tipo en Jalisco y enseña a los niños a emprender, a saber ahorrar y a compartir sus ganancias por medio de donaciones, por lo que dicen sentirse contentos.

LA VOZ DEL EXPERTO

Urge cultura financiera desde la educación básica

José Sánchez Gutiérrez
(jefe del Departamento de mercadotecnia y negocios internacionales de la UdeG)

En México todavía hay generaciones que no superan las traumáticas crisis financieras de la segunda mitad del siglo XX. Pero las nuevas generaciones que pudieran acercarse más, carecen de una cultura financiera que no es fomentada ni en la educación formal ni en el hogar.

Estas son las conclusiones de José Sánchez Gutiérrez, quien fue cuestionado sobre los motivos y las causas que podrían originar los resultados de la Encuesta nacional de inclusión financiera, misma que señala que la mitad de los mexicanos no ahorra, mientras la mayoría de la mitad que sí lo hace, ahorra fuera del sector financiero formal.

“En el caso del mexicano, más del 50% no realiza ahorros de una manera formal. Lo realizan cuando tienen un pequeño recurso y lo utilizan para la compra de mobiliario o para pagar sus adeudos hipotecarios… no es la conciencia que tienen los europeos de destinar un porcentaje mayor. El mexicano es de momentos”.

Explica que los mexicanos ahorran en virtud a metas cortas. Por ejemplo, juntar una cantidad determinada para dar el enganche de una casa, el anticipo de un auto o la compra de un mueble, electrodoméstico o electrónico.

¿Por qué lo hace de esta manera? “Porque falta capacitación de la gente, en muchas de las ocasiones no sabe qué y dónde ahorrar, y al faltarle la orientación, busca consumir y responde con más facilidad a otros estímulos como la publicidad. El problema también son las metas”.

A esto se suma la falta de los salarios dignos que permitan solventar las necesidades básicas de la población. Entonces, las capacidades de ahorro se ven reducidas si primero no se satisfacen otras prioridades.

Pero esta falta de cultura no es privativa del sector más vulnerable,  “una persona con estudios y un aumento de salario, puede tener ahorros mayores, pero si no tiene la cultura, la disciplina y la constancia, tampoco ahorra. Uno pensaría que un ejecutivo puede ahorrar más, y no siempre es así”.

Añade que “la gente tiene miedo a los bancos con las experiencias vividas”, afirma Sánchez Gutiérrez, “recuerdan el 'crack' de la década de los ochenta, la caída del peso… es toda una generación de gente que no entiende que las inversiones son a largo plazo. Ellos quieren que los beneficios del ahorro y la inversión sean en el pequeño y largo plazos”.

Esta visión de corto plazo también influye en la manera en cómo los mexicanos no prevén que los accidentes pueden ocasionar estragos financieros profundos en las familias. Por ejemplo, un accidente donde los participantes no tengan seguro, ocasiona pérdidas económicas que resultan tan traumáticas como el evento mismo, señala el investigador.

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