Singapoor

GUADALAJARA, JALISCO (24/SEP/2012).- La crueldad de Marina Bay: calor, humedad, golpes, brincos y casi sombrerazos. La serpiente luminosa cobra víctimas. Qué barbaridad, este es un Gran Premio complicado para todos y para nuestro Checo Pérez todavía más. El Sauber, imposible ponerlo a punto, y Checo confesaba que no habían encontrado el equilibrio en las sesiones existentes... y, con todo eso, ha hecho una carrera de muchísimo mérito.

Pérez nos dio un sustito para los desmañanados, al intentar rebasar a Nico Hulkenberg, pero, a decir verdad, el C31 ha sido degradado públicamente. Después de “apantallar en Monza”, la estrategia de neumáticos es un recurso que puede resultar providencial o ser un fiasco, ustedes dirán.

Bueno fue traer un puntito a su cuenta. “Aiga sido como aiga sido”, es un gran resultado para Sergio. Para ilustrar un poco las dificultades de este Grand Prix, les diré que los pilotos obligadamente cambian sus horarios al ser una carrera nocturna: comen a las 20:00 horas y cenan a las 04:00. La temperatura ambiente es de 30 grados y la humedad del 85%, una odisea total.

Algunos puntos a destacar: Hamilton, rapidísimo, deja en claro que su contrato será de montos históricos. Lástima que su caja de cambios dijo “no voy más”. De Pastor Maldonado, al igual que Lewis, su montura le dejó de trabajar cuando venía realizando una gran carrera. Vettel, en plan de cazador, logrando un gran triunfo. Button cerebral y efectivo en un meritorio segundo lugar. Y Fernando Alonso hoy se notó entre preocupado y malhumorado, quizá porque la Ferrari se está quedando atrás o la grilla en la escudería está “pesada”. Paul Di Resta, feliz con su mejor resultado en el Gran Circo, tomando el cuarto sitio.

¿Qué esperar para Japón? Espero que Sauber pueda mejorar sus autos y brindarnos carreras inolvidables. Que así sea.

Se me olvidaba comentar que, a mi humilde juicio, debieron existir sanciones a los pilotos que en la primera curva se fueron de frente y le recortaron un poquitín a la trayectoria, pero así de impredecibles son los comisarios.