Motocicletas-boxeo: binomio mortal

Fernando “Kochulito” Montiel se accidentó en una motocicleta en octubre pasado, sólo sufrió raspones.

Antes, Diego “Chico” Corrales, ex campeón mundial, falleció tras accidentarse en su motocicleta en Las Vegas, Nevada.
Guadalupe Pintor, leyenda viviente del boxeo de todos los tiempos, en 1983 y como prestigioso campeón mundial Gallo del Consejo Mundial de Boxeo, sufrió la caída de su motocicleta, no perdió la vida, pero perdió la corona mundial fuera del cuadrilátero, fue desconocido el 9 de julio de 1983 por el CMB, al no poder defender su corona y así dejó a México sin campeón mundial. El cinturón verde y oro representa negocio, por lo que en septiembre de 1983, el CMB ordenó que el tapatío Francisco “Kiko” Bejines y el californiano Alberto Dávila, disputaran la corona acéfala. La pelea se celebró a 12 rounds en el Olympic Auditorium de Los Ángeles, California; esa noche “Kiko” perdió la vida en el ring, y se ponía fin a la hegemonía de los boxeadores mexicanos en los pesos Gallo, que dio inició con el genial Rubén “Púas” Olivares.

Trágicas historias, lamentables accidentes originados por el binomio mortal, motocicletas-boxeo.

Recientemente, el martes, observamos en el cruce de las avenidas Niños Héroes y Enrique Díaz de León (dos de las arterias más importantes de esta ciudad), al más popular de los boxeadores mexicanos, Saúl “Canelo” Álvarez, transitando a bordo de una motocicleta color rojo de gran cilindraje, a alta velocidad y sin casco protector.

Con 20 años de edad, palmarés inmaculado, ídolo boxístico de Guadalajara, fenómeno nacional, con importantes inversiones en su carrera por parte de la empresa Golden Boy Promotions e impulsada su imagen por Televisa, “Canelo” tiene por delante bolsas de ensueño en millones de dólares, la consagración como el púgil que cargue con la fama del boxeo mundial (De la Hoya, “Sugar” Leonard, los ejemplos), aunque antes deberá olvidarse del binomio mortal, e inmediatamente conquistar la corona mundial de los Welter CMB, en ese orden podrían cristalizarse los ambiciosos planes… Y por ahí estaré atisbando.