La industria del boxeo sabe cómo hacerlo, mientras Manny Pacquiao explota lo que le resta de su activo de popularidad, y “Canelo” Saúl Alvarez se mantiene en los cuernos de la luna, aparecen los boxeadores que podrían sostener a la pirámide que se eleva hacia la gloria. El viernes 13 en el Code Jalisco, Johan Álvarez, sobrino de Saúl “Canelo” Álvarez, empató con Manuel Rojas Esquivel, en peso Súper Pluma a cuatro rounds, lo que fue su tercera pelea profesional. Se mantiene invicto, ganó en sus dos anteriores presentaciones. Por su parte, Nico Ali Walsh, nieto de “El Más Grande”, Muhammad Ali, resultó victorioso el sábado 14, en la pelea que registró su debut profesional. Noqueó a Jordan Weeks, en el primer round por nocaut técnico, pactada en peso Medio a cuatro rounds, en el Hard Rock Hotel y Casino de Tulsa, Oklahoma.Por ahora los reflectores los siguen, son herederos de mucha popularidad, mientras el público, con reservas, ha creado expectativas. Cualquiera de estos dos aspirantes al reconocimiento siempre treparán al ring acompañados de los registros de su ascendencia, la calidad es la que los llevará a escribir su propia historia y agigantar la que heredaron.Los hijos de la leyenda quedaron en eso, heredaron la popularidad, pero no la calidad y el espíritu de sacrificio del “Emperador” Julio César Chávez. Y como a Ali Walsh o a Johan Álvarez, los aficionados también crearon expectativas en torno a Julio César Jr. y a su hermano Omar, imaginándolos en histórica peleas, actores que combate tras combate fueron dilapidando la enorme herencia hasta quedar en la miseria.Un pasaje, vivo aún, que deberán observar con atención Ali Walsh y Johan Álvarez. Si la naturaleza los dotó también con cualidades, a enclaustrarse en el gimnasio y a ganar dinero. Si en las primeras contiendas calan manos y se enteran que no aspirarán a las grandes ligas, que se olviden de romanticismos, esto es un negocio. Aferrarse sólo estropeará sus facultades físicas…Y por ahí estaré atisbando.