Match

La pasión era indescriptible cuando los antiguos recordaban la hazaña de Juan Zurita, el primer campeón mundial que dio México, y tapatío del barrio de San Juan de Dios. Ganó el título universal ligero a Sammy Angott en 1944, en Hollywood, California. La pelea la montó el zorro griego George Parnassus. Época en la que los boxeadores mexicanos no figuraban en las plazas estadounidenses; el suceso invadió pasiones en el territorio nacional, las campanas se echaron a vuelo, afirman quienes vivieron la intensidad del éxito histórico.

Las oportunidades para los púgiles nuestros no vivían, pues, en el sueño americano, fue hasta el 8 de julio de 1959, la noche en la que José Becerra, otro jalisciense, ganó el campeonato mundial gallo, noqueó al francés Alphonse Halimi en Los Ángeles, California. Datos periodísticos informaron que a Becerra lo recibieron alrededor de cien mil aficionados en el aeropuerto de la Ciudad de México. El nocáut de Becerra al europeo fue otra hazaña.

El despegue mundial del pugilismo profesional mexicano llega en 1962, con la fundación del Consejo Mundial de Boxeo. Los nombres de campeones universales globales enriquecieron la lista que hoy suma más de un centenar. Un proyecto que cristalizaron el profesor Ramón G. Velázquez, el hombre de letras Luis Spota y el apoyo del entonces presidente de México: Adolfo López Mateos.

Tan sólo en Jalisco los nombres de legendarios son ejemplo de ese despegue, y del reconocimiento del boxeador mexicano en cualquier entidad del mundo, a quien le guardan gran respeto por su técnica y por su valentía, son considerados cheques al portador, espectáculo puro.

Efrén “Alacrán” Torres, Rodolfo “Gato” González, Rafael Herrera, Antonio “Poema” Avelar, Pedro Flores, Jorge Vaca, Alejandro “Cobrita” González, Rafael y Gabriel Ruelas, Óscar “Chololo” Larios, Javier “Chatito” Jáuregui, Ulises “Archi” Solís, Omar Niño, “Chango” Vargas, Jorge “Coloradito” Solís, “Títere” Vázquez, Rigoberto “Español” Álvarez: los campeones mundiales que ha dado Jalisco.

La reciente demostración de temperamento y técnica de Ábner Mares, superando al armenio Vic Darchinyan, es la enésima muestra del espíritu de los guerreros mexicanos… Y por ahí estaré atisbando.