Match

´Mañana estará sumando los más espectaculares números negros de toda su carrera boxística. Idolo del boxeo jalisciense, convertido en fenómeno nacional, producto inmaculado que es seguido allende las fronteras, una victoria electrizante sobre el australiano sudafricano Lovemore N'dou y el más alto rating en la televisión mexicana.

Por Televisa podremos seguir la imagen de Saúl “Canelo” Alvarez, y observar el nocáut de popularidad que le aplicará a su adversario en el rubro, Julio César Chávez Jr., quien canceló la pelea que tenía programada también para mañana sábado.

El destino es favorable con el muchacho de 20 años, los millones de ojos que seguirán su boxeo por TV desde el estadio de pelota “Beto Ávila” del Puerto Jarocho, sumarán propósitos para que el pelirrojo no trepe confianzudo y permita que un veterano de 40 años detenga sus planes, primero convertirse en campeón mundial welter Consejo Mundial de Boxeo, después construir seriamente un enfrentamiento con Manny Pacquiao, quien tendrá otro lucimiento en un ring la próxima primavera, Juan Manuel Márquez será la víctima.

“Canelo” no debe olvidar una de las máximas del boxeo: mientras el adversario se mantenga en la vertical, es peligroso; realidad que sus seguidores conocen, y quienes tampoco quieren sorpresa de Lovemore N'dou, están esperando que Álvarez sea el segundo mexicano que derrote al “Pacman”, y regrese a este boxeo al prestigio global, que no tiene representante desde los recientes Marco Antonio Barrera, Morales, Julio César Chávez.

El compromiso del púgil tapatío es inmenso, se sabe futuro heredero de las leyendas vivientes, y también ha tomado con seriedad convertirse en boxeador con reconocimiento global. Hasta hoy su temperamento, la disciplina en la sala de entrenamientos, la diaria en el trabajo, lo llevan a la cristalización de sus sueños, en los que se debe anotar su empresa boxística Canelo Promotions.

Saúl Alvarez es una industria en vías de convertirse en otra máquina productora de millones de dólares, aunque nunca deberá olvidarse de la máxima: “mientras el adversario se mantenga en la vertical, es peligroso”… Y por ahí estaré atisbando.