Match

Actualmente lo consideran el mejor boxeador de México, es técnico, tiene pegada, aunque jamás fue carismático. Juan Manuel Márquez mañana en Las Vegas tiene ante sí la última llamada para imaginar una tercera edición ante el popular y flamante campeón mundial super welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Manny Pacquiao.

Michael Katsidis es el adversario, australiano que trepará al tinglado con el dolor de haber perdido a su hermano, falleció hace alrededor de 30 días. La victoria colocaría en primera fila a Márquez para enfrentar al filipino, un proyecto que está construyendo el abogado judío estadounidense Bob Arum para el próximo marzo, primera lista que completa el veterano estadounidense Shane Mosley.

Pacquiao con arrogancia declaró en Filipinas, que la pelea de Márquez no cautivará a los aficionados al boxeo, palabras que no descubren nada, pero si aportan despliegue publicitario para el nuevo choque, al que el mexicano llegaría con cerca de los 40 años, edad que sería herramienta para el oriental, su siguiente lucimiento.

Márquez tuvo la oportunidad de detener a “Pacman”. La historia es que empataron en su primer enfrentamiento; Juan Manuel visitó la lona tres veces en el asalto inicial, se repuso y niveló las acciones con boxeo preciso, la decisión de los jueces favoreció a Pacquiao, fue robo para el mexicano. Posteriormente Márquez y su mánager Nacho Beristáin escucharon oferta: 750 mil dólares la bolsa para el mexicano por el desempate con Pacquiao, no aceptaron; a partir de esa negativa, los organismos que avalaban como campeón a Juan Manuel, lo desconocieron, y ambos también dejaron escapar la oportunidad de superar categóricamente al boxeador de moda.

En la segunda edición, Márquez cayó a la tarima en el tercer episodio, nuevamente se incorporó, asimiló el castigo, y pudo noquear a Pacquiao en el séptimo round, pero su indecisión permitió vivir al asiático, en una pelea que nuevamente los jueces, de Las Vegas, vieron triunfar a Pacquiao, segundo robo para Márquez, pero más descarado.

La Comisión Atlética de Nevada, la enemiga de los boxeadores mexicanos, declaró José Sulaimán, presidente del CMB, frase que acompañaba el robo a Omar Niño, momentos en que esta comisión le ganaba en el escritorio el título mundial minimosca al jalisciense Niño. Y por ahí estaré atisbando.