SAN PETERSBURGO, RUSIA (01/JUL/2017).- Hay dos palabras recurrentes cuando Alexis Sánchez y Claudio Bravo hablan sobre la Selección chilena que enfrentará a Alemania en la Final de la Copa Confederaciones.No tienen que ver con formaciones sobre la cancha, tácticas para vulnerar la ágil defensa alemana o estrategias para marcar a los juveniles y rápidos delanteros de los campeones del mundo. Pero quizás describan de la manera más adecuada los argumentos con los que Chile buscará mañana su tercer título internacional en dos años. Una es familia. La otra es jugar sin miedo.Más allá de su ya famoso estilo de juego kamikaze —presión, presión y más presión sobre el oponente, incluso en detrimento de las piernas— Sánchez y Bravo creen que la clave para que Chile dispute otra Final y se codee con las grandes Selecciones del planeta es la cohesión de un plantel donde cada jugador conoce su papel al dedillo, y se parte el alma por cumplir con sus responsabilidad dentro y fuera de la cancha.La otra clave es que no le tienen miedo a ningún oponente ni circunstancia.“Si ustedes ponen cuando jugamos la Final con Argentina, ponen Argentina-Chile, jugador por jugador, era mejor Argentina”, analizó Sánchez , recordando las dos finales que Chile ganó por penales al equipo de Lionel Messi en la Copa América de 2015 y 2016. “Pero, como equipo, como familia, jugamos nosotros mejor. La familia que hay, la unidad en este equipo, donde cada jugador aporta su granito de arena”.