El nuevo Mercedes, un momento especial para Schumacher

CATALUNYA, ESPAÑA (21/FEB/2012).- Michael Schumacher deseó volver a ser un rival a tener en cuenta en la Fórmula Uno el martes cuando su equipo Mercedes presentó tardíamente su brillante nuevo monoplaza en la previa de los ensayos en el Circuito de Catalunya, en Barcelona.

Aunque el F1 W03 estuvo lejos de ser atractivo, con la ya familiar trompa prominente observada en el resto de los autos del 2012 a excepción del McLaren, el piloto de más éxito de la F1 declaró que era un momento precioso.

"He hecho bastantes lanzamientos de autos nuevos, pero incluso después de todos estos años, tengo que decir que se siente algo especial", afirmó el siete veces campeón en declaraciones antes de comenzar la segunda sesión oficial de ensayos de la pretemporada.

Schumacher y su compatriota alemán y compañero de equipo, Nico Rosberg, condujeron 50 kilómetros en el auto la semana pasada para una grabación en Silverstone, pero habían utilizado el monoplaza del 2011 en las primeras pruebas de la pretemporada en Jerez el mes pasado.

Sus principales rivales, Red Bull, McLaren y Ferrari, habían presentado sus nuevos vehículos antes del comienzo del primero de los tres ensayos programados antes del inicio de las 20 carreras de la temporada el 18 de marzo en Australia.

"Días como éste son momentos preciosos, ya que están siempre llenos de esperanza y expectativas. Ya la semana pasada, cuando pudimos conducir el F1 W03 por primera vez, instantáneamente nos dio buenas sensaciones", admitió Schumacher.

"A partir de hoy vamos a trabajar intensamente para hacerlo un auto competitivo. Por mi parte estoy ansioso de luchar de nuevo, esperando con impaciencia la nueva temporada, y estoy deseando que empiece", añadió el piloto de 43 años, que regresó a la F1 en el 2010 tras haberse retirado corriendo para Ferrari en el 2006.

Schumacher no sube al podio desde el 2006 y Mercedes ha terminado cuarto en las dos temporadas transcurridas desde que compró la escudería campeona Brawn GP en el 2009, dirigida por Ross Brawn.

Brawn afirmó que el equipo, que había hecho grandes inversiones en personal técnico, tenía que avanzar en la clasificación y que tenía mucha confianza en que podrían hacerlo.