Deportes | ¡Chale! Salí de misa de ocho de la mañana con la fe bien puesta, frotándome las manos y saboreándome una botana Allá en la fuente La semana pasada les restregué en la cara a mis amigos el triunfo de mi Atlas sobre sus chivitas en el Clásico Tapatío amistoso Por: EL INFORMADOR 18 de enero de 2010 - 05:46 hs La semana pasada les restregué en la cara a mis amigos el triunfo de mi Atlas sobre sus chivitas en el Clásico Tapatío amistoso, seguro de que ahora sí mis Zorros iban a hacer leña de cualquier árbol, pero no, una vez más inicié el torneo engañado. A esas chivitas, que les pegamos 1-0 jugando casi como el Barcelona, pues resulta que en lo mero bueno, el torneo oficial, ellos golearon al Toluca 3-1, y mi Atlas ni las manos metió contra Pumas, que de un zarpazo nos tumbaron esa moral altísima que traíamos y hasta el short con todo y calcetas. Es cierto que el árbitro nos acuchilló al no darnos por bueno un gol, que dizque pro una mano del “Chalo” Vargas, pudo hacer sido el empate a uno, lego pienso… ¿y de qué nos habría servido si en la siguiente jugada Pumas metió el segundo? ¡Chale! Salí de misa de ocho de la mañana con la fe bien puesta, frotándome las manos y saboreándome una botana, pero ahora ya no sé ni qué pensar, todo se amargó. En definitiva a las Chivas no les puedo ir porque sería como un sacrilegio, pero tampoco hay opciones en esta plaza porque los Estudiantes y los Leones Negros perdieron por goleada… a la mera y me vuelvo un comodino y le voy al que gane, al cabo que lo que quiero es quitarme ese continuo sabor amargo de ser aficionado de un equipo que no levanta el vuelo, es más, creo que ni el plato donde come. Temas Allá en La Fuente Lee También Qué piensa Rubio de México Santiago de la Fuente, un campeón en ascenso México defiende ante EU su plan migratorio tras una caída en la frontera Sociales: Carsol Challenge 2024, solidaridad en cada swing Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones