Allá en la fuente

Pues finalmente el Atlas no le interesó a nadie. Tanto que se había hablado de que los empresarios más chipocludos de México querían quedarse con el equipo y no fue así.

Ahora sí que mi cuate el presidente y sus directivos se quedarán con las ganas y con su equipo que, dice los que saben, es una “papa caliente” porque le debe dinero hasta a los jardineros.

Yo, la verdad, ya no sé qué pensar, me queda claro que los dirigentes creen que Atlas tiene una gripe, pero acá en la mesa 16 creemos que es un cáncer y al equipo se lo puede cargar el payaso.

El problema del Atlas son los mismos dirigentes, porque están queriendo vender sin verdaderas ganas de hacerlo para salvar al equipo, y prefieren tenerlo porque es una vitrina para ellos.

Dentro de los 125 socios con derecho hay por lo menos 20 que pudiera comprar el equipo con la mano en la cintura, sin embargo, ninguno quiere lidiar con tanta gente, porque saben en la que se meten.

Ayer, cuando los socios esperaban que la institución bancaria que contrataron les dijera que había varios gallos interesados, pues cual fue su sorpresa que ninguno levantó la mano. Pues ahora sí, que qué pena.