* “Ya veremos...”

Si en Argentina --potencia mundial, esa sí, en materia de futbol-- no se tiene  empacho en reconocer que su selección nacional (con todo y su “Dios” Maradona como timonel) es “una ruina” o “un desastre” a raíz de las derrotas que ha hilvanado ante Bolivia (6-1) y Ecuador (2-0), ¿cómo entender el afán de Javier Aguirre por hacer el quite, a cuerpo limpio, a las críticas que se dirigen a la selección mexicana a raíz de que en su partido del miércoles ante Trinidad y Tobago, ganó, sí, pero fue incapaz de golear, de gustar y de convencer, como el mismo “Vasco” había anticipado que estaba obligada a hacerlo?...
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Dice Javier que le gustó el desempeño del “Tri”... aunque le desagradó el resultado. Sostiene que la superioridad sobre el adversario fue como para haber ganado “no por uno sino por cinco goles de diferencia”. Coincide, en ese sentido, con Guillermo Franco, su centro delantero titular en los dos partidos que van de su “era”: “Faltó contundencia”, dicen ambos. (¡Qué perspicacia...!).
Ya explicarán uno u otro --o ambos, si gustan...-- qué significa o qué sugiere, en el español que se habla en España (donde uno dirigió al Osasuna y al Atlético de Madrid y el otro ocasionalmente alineó con el Villarreal), el que se gane angustiosamente un partido que supuestamente debería ganarse con amplitud. Porque eso mismo, en el español que se habla en el resto del mundo hispanoparlante --México incluido--, denota una de dos cosas: mediocridad o incompetencia.
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Para quien entiende (porque ya lo ha vivido en Alemania-74, España-82 e Italia-90) que no es lo mismo un Mundial con México que otro sin México en la competencia, e infiere que vale decir lo mismo del Mundial del año próximo en Sudáfrica, el panorama es sombrío...
Aguirre puede seguir aferrado al estribillo de los 18 puntos (de los que “nada más” le falta ganar 12) para conseguir el boleto. Para él, insistir en esa muletilla es como el que chifla para ahuyentar el miedo en la oscuridad...
Para quien se limita a ver que el tiempo pasa y que la Selección Mexicana no sólo no alcanza sino que ni siquiera se aproxima al nivel futbolístico deseable, aseverar que esos 12 puntos van a ganarse, no pasa de ser un buen deseo. (Como cuando José Feliciano, en determinadas circunstancias, dice “Ya veremos...”).