* Lapuente

Surgió ya un componente adicional para el compromiso en puerta del Atlas: el morbo...

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La derrota del América ante los “Tigres”, el domingo, fue el catalizador para las cuchufletas de los simpatizantes que aún le quedan, pese a sus magras cosechas de resultados, de diplomas y --por supuesto-- de títulos al equipo capitalino.
Las cuchufletas, además, han tenido las circunstancias a modo para manifestarse, porque Manuel Lapuente ha cometido un error que cualquiera pensaría vetado para un hombre de su experiencia: lejos de aceptar, con humildad, que no ha sabido encontrarle la cuadratura al círculo, y de tomar la decisión de hablar menos y trabajar más, no sólo ha cometido el error de abrir la boca, sino de hacerlo para decir tonterías.

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Elogiar el comportamiento futbolístico del América, como pretendió hacerlo hace algunas semanas, diciendo que “defiende como el Ínter y ataca como el Barcelona”, pasa como chiste; pasa como ironía... (aunque pudiera decirse que, en ese plan, se pasa de sangrienta). Decirlo en serio, en cambio, invita a poner en tela de duda la salud mental del declarante: comparar el desempeño defensivo y ofensivo de un equipo que, por ahora, por los resultados cosechados durante su gestión, ni a mediocre llega, con dos parámetros a nivel mundial, raya en lo ridículo.
Y después, dejar crecer una entrevista en la que no quedó claro si fue la ingenuidad de Lapuente o la insidia del reportero la que llevó al primero a declararse tan competente como Mourinho o Guardiola --hoy por hoy, dos de los técnicos más reconocidos a nivel mundial--, y que podría demostrarlo si se le diera la oportunidad de dirigir en Europa (le faltó decir que no a equipos modestos sino a constelaciones en que hay estrellas de primera magnitud en cada puesto, como el Manchester United, o el Milan, o el Bayern Munich), ameritaba, por cuenta del reportero y a la vista de que una entrevista es un especie de juego de ajedrez en que el entrevistador tiene la ventaja de que siempre juega con las blancas, la puntilla:
--Y, si tan bueno eres, ¿por qué no diriges en Europa...?

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El caso es que, según las versiones que circulan, la continuidad de Lapuente en el timón del América dependerá del resultado que consiga su equipo ante el Atlas, sorpresivo “coco” del campeonato.
(“Ya veremos”, diría José Feliciano...).