Todo cabe en la poesía de Edward Hirsch

GUADALAJARA, JALISCO (24/NOV/2012).- Probablemente fue el momento más íntimo del día. El Salón de la Poesía, patrocinado por una marca de tequila, abrió sus puertas al poeta Edward Hirsch, ese poeta de lenguaje sencillo y temas profundos, como lo describe el traductor Pedro Serrano, quien estuvo a su lado durante el evento.

Además, cerca de 50 personas, muchas con tequila en mano, escucharon con tal atención al autor, que lo único que se escuchaba durante la lectura de los poemas, además de la voz del protagonista de la tarde, eran la respiración y hasta los suspiros de los conmovidos.

El libro implicado en este evento fue "Aligeren a la oscuridad", editado por Cooperativa la Joplin y que cuenta con la traducción del mismo Pedro Serrano.

Todo entra en la poesía de Hirsch, y así lo demostró con la lectura de algunas de las creaciones que aparecen en este libro. Desde el dolor que ocasiona que una persona querida pierda la memoria, hasta verse en el espejo y describirse; pasando por un niño de siete años que juega beisbol y una especie de Adán y Eva que juegan a quererse sobre el pasto, aunque después sufrirán la envidia de un dios que uno nunca termina por saber si en verdad existe

Así, leyó poemas como "Ventana de hotel", "Gratitud desbordada" y "Una nueva teología".

El artista también habló sobre la importancia de los poetas latinoamericanos en su carrera. Justo en el momento en el que buscaba hacer textos intelectuales y apasionados a la vez, encontró en autores como Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, César Vallejo, Octavio Paz y otros, el modelo que le interesaba aplicar; uno que usaba un centro más humano.

Desde que la directora de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL), Nubia Macías, lo presentó ante los lectores, hasta el final de la lectura y charla, pasaron unos 50 minutos, aunque los presentes se levantaron con ganas de más, queriendo que la poesía no se acabe nunca.

EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA