Sesión de cortos con Annemarie Meier

GUADALAJARA, JALISCO (28/AGO/2013).- "¿Lo amas?", pregunta el camarógrafo aficionado desde el asiento delantero del auto a la radiante novia. Ella no duda en responder que sí, pero el momento incómodo viene después. "¿Por?", vuelve a preguntar el muchacho. La mujer sonríe nerviosa y se queda pensando mientras el espectador observa cómo su expresión va cambiando gradualmente. Después de dos minutos, de silencio aparecen los créditos del cortometraje dirigido por el mexicano Fernando Eimbcke: The Look of Love.

La investigadora y crítica de cine, Annemarie Meier, mostró el corto anterior como ejemplo de que también se puede decir algo en pocos minutos; que para contar una historia no es necesario tener dos horas de imágenes en movimiento. En la charla que ofreció la noche del martes en el Museo de Arte de Zapopan -Cortometraje: más allá del relato-- Meier presentó en total siete cortos y habló sobre algunas de las estrategias más utilizadas en el formato.

En el trabajo de Eimbcke, por ejemplo, "la estrategia tiene que ver con tiempo y espacio", pues el también director de las cintas Temporada de Patos y Lake Tahoe, muestra un momento climático de la vida de alguien, con el que muchos hombres y mujeres se pueden identificar. El hecho de que sea un plano secuencia aumenta la tensión del momento y los bruscos movimientos de cámara sugieren que se trata de un video casero, explicó la también docente.

Entre el análisis de los distintos trabajos, Meier recordó su infancia y adolescencia en Suiza, cuando antes de pasar una película en el cine, era común que se proyectaran cortometrajes extranjeros. "A veces la gente iba a ver eso nada más, porque eran buenísimos", contó. Sin embargo, esa práctica desapareció cuando los empresarios se dieron cuenta que podía aumentar el número de funciones si se eliminaban los cortos.

Meier lamentó que hoy en día sea muy difícil encontrar cortometrajes en la pantalla grande y que no se tome demasiado en cuenta a los creadores de este "cine en movimiento", pues para la investigadora es el género donde sucede la innovación. Dijo también que es inútil poner al cortometraje etiquetas como "documental", "video-arte" o "experimental", ya que lo importante es el mensaje que transmiten; y que, en su opinión, el formato está más cercano a las artes plásticas que al cine.

Los cortometrajes que analizó durante la sesión en el auditorio Juan José Arreola del MAZ, tienen en común que utilizan un estilo o técnica especial que a la vez resuelve el contenido. Es decir, que al quitar esa estrategia, no existiría el corto. Además del ya mencionado, se presentaron On a Wednesday Night in Tokio, de Jan Verbeek; Ester, de Petra Elmquist; Surprise, de Veit Helmer; La Cumbre, de Jorge Fons; El Niño de mis Ojos, de Guadalupe Sánchez Sosa; y La Séptima y Alvarado, de Rodrigo García.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL