Viernes, 22 de Noviembre 2024
Cultura | Ofreció una clase magistral a los bailarines del certamen

Ramona De Saá ofrece su experiencia en Opera Prima en Movimiento

La bailarina asistió al programa Opera Prima en Movimiento donde compartió su experiencia y conocimiento con los alumnos

Por: NTX

El programa busca dar difusión y apoyo a las nuevas generaciones de bailarines. ESPECIAL  /

El programa busca dar difusión y apoyo a las nuevas generaciones de bailarines. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (09/MAY/2011).- La bailarina fundadora del Ballet Nacional de Cuba (1959), Ramona De Saá, visitó esta ciudad para compartir su experiencia y conocimientos con los alumnos de Opera Prima en Movimiento, proyecto que busca dar difusión y apoyo a las nuevas generaciones de esta disciplina así como para crear nuevos públicos.  

De Saá, quien es considerada una de las figuras más notables de la pedagogía de la danza y forjadora del actual sistema de enseñanza de esta disciplina en Cuba, también formó parte del jurado en la cuarta gala del 'reality show' lanzado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).  

'Para ellos (los alumnos) ha sido difícil porque han estado con diferentes maestros y cada uno tiene su estilo y diferentes métodos, en una clase no se puede tener la valoración total de un alumno aunque uno se da cuenta de quien tiene mayor o menor potencial o quien desarrolló la clase muy bien', expresó.  

Entre las recomendaciones, les sugirió mirarse por dentro al bailar, utilizar la vista y el sentido del equilibrio en cada movimiento, pero sobre todo disfrutar.  

'Cuando eres joven lo disfrutas mucho porque estás haciendo lo que tu gusta, uno extraña a la familia pero no tienes grandes compromisos que ya cuando uno se casa o tiene hijos las preocupaciones cambian', dijo la profesora de danza.  

De Saá reconoció los nervios y la tensión que se experimenta cuando se baila a nivel profesional a muy corta edad, pues tuvo la oportunidad de participar en la primera gira internacional del Ballet Nacional de Cuba, lo cual describe como una experiencia muy grande que marcó su vida.  

'Yo tenía 14 años, fue una gira por Sudamérica que nunca olvidaré, bailamos de todo en Argentina, Uruguay, Chile, Perú y por supuesto México. Fue una gran experiencia y fue muy duro porque todos los días bailábamos no hubo un solo descanso y teníamos un repertorio amplio, por la mañana clases y ensayos, por la tarde reforzar y por la noche, función. A veces teníamos hasta doble presentación incluyendo fines de semana'.  

Al mencionarle a su maestra, Alicia Alonso, su mirada ojiverde se ilumina. 'Fue un ideal grandísimo que tuvimos como ejemplo porque era muy exigente y trabajadora. Alicia fue un ejemplo de una bailarina excepcional porque fue una bailarina fuera de época. Cuando no se hacían las cosas técnicas que se hacen ahora ella las hacía, verla y tenerla cerca fue muy bueno'.  

Y es que la escuela cubana de ballet ha logrado reconocimiento gracias a sus particularidades e incluso en México diversas escuelas la han integrado como técnica a seguir. 'Se caracteriza por la limpieza en los movimientos, por el ataque, el trabajo de las baterías, los giros, la estabilidad. Las mujeres tienen piernas muy altas, los varones lucen muy viriles en escena, son características que se han ido buscando como una estética'.  

Tras 12 años de intenso trabajo que la llevó a alcanzar la categoría de solista e interpretar los principales papeles del repertorio de ballet internacional, una lesión la obligó a retirarse de los escenarios en 1966.  

'Muchos me preguntan que si esa situación me frustró pero no porque ya había empezado a dar clases y enseñar también llena mi vida. Tuve la suerte de estar con Fernando y Alicia (Alonso) y nos proyectaron mucho porque tuvimos la doble tarea de bailar y enseñar, eso es una fortuna porque cuando tú enseñas analizas la danza desde otro punto de vista y empiezas a observarte para ver si lo que estás exigiendo de los demás lo estás haciendo bien'.  
La docencia no es una labor sencilla. 'Para eso hay que tener talento hay quien nace para enseñar y se prepara desde el aula porque requiere mucha observación, pero es difícil, no sólo basta con dictar la metodología que te enseñaron es ver cómo la aplicas en cada uno de los estudiantes, en cada uno de los bailarines y eso es importantísimo, requiere de tiempo y experiencia'.  

Agregó que para ser un buen docente de la danza hay que 'tener un buen ojo clínico y tener una visión del bailarín para poder acercarse y decirle: estás haciendo esto mal, debes hacer esto, pero además conocimiento para corregirlo y lograr que el acabado sea perfecto o lo más perfecto posible'. 

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