Picasso, Miró y De Chirico de paseo por Roma

ROMA, ITALIA (22/OCT/2010).- Con casi tres mil obras de arte, la feria de "Anticuarios de la Roma Renacentista", que celebra este año su quinta edición, reúne clasicismo y vanguardia en dos mil metros cuadrados en los que se dan cita, entre otros, Pablo Picasso, Joan Miró, Giorgio de Chirico y Andy Warhol.

Muebles de la Francia del siglo XVIII, tapetes orientales, acuarelas futuristas, lienzos y litografías pertenecientes a 50 anticuarios italianos, franceses y españoles se exponen hasta el próximo domingo en el histórico complejo Santo Spirito in Sassia, en el centro de Roma.

Esta basílica cuyo altar se atribuye al arquitecto Andrea Palladio, construida en el siglo XII y situada frente al puente de Castel Sant'Angelo, se convierte, por quinto año consecutivo, en un escaparte idóneo para conquistar a centenares de coleccionistas y amantes del arte.

Entre las obras más valoradas se encuentran las de la galería San Giorgio, gestionada por Lia Chifari, donde destaca un cotizado lienzo del pintor Giorgio De Chirico, fechado en 1940 y valorado en 400 mil euros (557 mil 600 dólares).

Junto a este cuadro que recrea en óleo la epopeya de los grandes torneos de caballos disputados en tiempos medievales irrumpe un grabado de Pablo Picasso perteneciente a la serie de carteles eróticos que fue expuesta el pasado verano en el Museo Metropolitan de Nueva York y valorado entre 10 mil y 20 mil euros (entre 13 mil 940 y 27 mil 880 dólares).

En la misma pared luce una litografía de Joan Miró, valorada en torno a los 12 mil euros (16 mil 728 dólares).

La galería San Giorgio no pasa desapercibida por su apuesta por los grandes nombres, "la salida más segura en estos tiempos de crisis", explicó su responsable, quien aseguro que sus ventas han crecido un 25 por ciento con respecto al mismo mes del año 2009.

"Estamos en un momento en que los grandes inversores apuntan a los grandes nombres, es la apuesta más segura, que se diferencia de la de los verdaderos amantes del arte que sí pueden optar por autores más desconocidos o emergentes", subrayó.

Y esta crisis también la notan los artesanos presentes en la muestra, como la brasileña Renata Maria Brownic, escultora, pintora y restauradora, quien asegura que lugares como éste son más propicios para hacer contactos que para la venta.

Los anticuarios, por su parte, coinciden en que Roma es un lugar privilegiado para exponer y vender obras de arte, un escaparate que conjuga presente y futuro con un irreprimible gusto por lo antiguo.

Y así lo demuestra la presencia de obras de Guido Reni, uno de los artistas más importantes del "Seicento" italiano que no ha sido reconocido por la crítica hasta mediados del siglo XX, o de Carlo Saracini, contemporáneo a Caravaggio.

Frente a estos lienzos se crea el contraste más inesperado con la "Paloma Picasso" (1975) del estadounidense Andy Warhol o las acuarelas futuristas de los italianos Gerardo Dottori o Uberto Bonetti, encargos del Ministerio de Cultura fascista que debían formar parte de una exposición que nunca llegó a realizarse por causa de la guerra.

También buscan comprador un tríptico de altar alemán de mitad del siglo XIX, con unas 260 figuras de marfil y valorado en un millón de euros (1.3 millones de dólares), cuadros del "Settecento" veneciano y centenares de piezas exquisitas de mobiliario.

Como colofón, la feria de "Anticuarios de la Roma Renacentista" es además el escaparate de una muestra gastronómica, en la que los chefs más prestigiosos de Italia cocinan en directo sus especialidades. Una táctica que paraliza el movimiento de las ventas a mediodía, pero que resulta infalible para conquistar a los coleccionistas.