Nuevas propuestas llegan al Ex Convento

GUADALAJARA, JALISCO (24/AGO/2012).- Artistas plásticos muestran sus obsesiones, pasiones, personajes entrañables y pasajeros en tela sobre óleo, fotografías o esculturas. En siete exposiciones exhiben una variedad de temas y técnicas en el Ex Convento del Carmen.

Atrocidades, de Salvador Santana Vázquez; Cruzando el umbral, de Enrique Monraz; Danza de noche, de Salvador Santana Salazar; El ausente, de Viviana Martínez; El día de los otros, de Rocío Coffeen; Inquietudes, de Roberto Morleghem y Los colores de mi tierra, de Poncho Ayala, se inauguran hoy en el Ex Convento del Carmen a las 21:00 horas.

Con 45 años de trayectoria, Poncho Ayala expone Los colores de mi tierra, una propuesta llena de espontaneidad y autodidactismo del arte denominado naíf. El artista recurre a los colores brillantes y contrastados, ajenos al arte académico.

El artista plástico Enrique Monraz presenta 22 piezas, las cuales divide en dos temas: Cruzando el umbral y Metrópolis, las cuales reflejan sus obsesiones y pasiones en la técnica óleo sobre tela, plasmadas en mediano y gran formato.

A través de sus cuadros exhibe a los personajes que viven en su interior, enmarcados en el surrealismo mágico, onírico, que lleva a interpretar la belleza sencilla y la belleza cruda, resultado de plasmar lo que siente y percibe.

Danza de noche, de Salvador Santana Salazar, plasma en 20 piezas la vida nocturna en la técnica óleo sobre tela; su hijo, Salvador Santana Vázquez, lo acompaña con Atrocidades, donde trata de exponer su realidad y pintar las cosas que le molestan.

Por su parte, Viviana Martínez hace un homenaje a su fallecido abuelo con El ausente, una alusión a la canción del mismo título, ya que él siempre estaba de viaje. En 16 fotografías, cuatro dibujos, una escultura y cuatro instalaciones, la artista representa los detalles de la vida de su abuelo.

La reciente obra de Rocío Coffeen, El día de los otros, está conformada por 11 cuadros, que en la técnica óleo sobre tela transforma la idea que surgió cuando su padre, en su lecho de muerte, le dijo que su hermano era un sapo. El reloj y las máquinas, son los hilos conductores de este ejercicio de imaginación.

En técnicas mixtas, los 32 cuadros que integran Inquietudes, de Roberto Morleghem, están llenos de color y son producto de la libertad creativa del autor, donde se puede encontrar desde un maniquí, hasta una vaca.

Las exposiciones permanecerán hasta el 30 de septiembre. Entrada libre.