Miércoles, 25 de Septiembre 2024
Cultura | Originaria de la ciudad de San Juan de los Lagos, Jalisco

María Izquierdo, artista trascendental

Al ver sus pinturas, Diego Rivera exclamó ¡Esto es lo único!, lo cual desconcertó a quienes consideraban inferior a la incipiente pintora

Por: NTX

La obra de María Izquierdo surge de su universo de mexicanidad y ensueños. ARCHIVO  /

La obra de María Izquierdo surge de su universo de mexicanidad y ensueños. ARCHIVO /

CIUDAD DE MÉXICO (02/DIC/2012).- La pintora mexicana María Izquierdo cumple mañana 57 años de fallecida, pero su obra la mantiene viva en el recuerdo de quienes la consideran una de las mujeres artistas que marcaron la historia del país.
 
De hecho, los restos de la pintora surrealista fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres de la capital mexicana, para descansar al lado de otros grandes artistas que han dejado huella en la conformación del México de hoy.
 
María José Izquierdo nació el 30 de octubre de 1902 y falleció el 3 de diciembre de 1955. Fue originaria de la ciudad de San Juan de los Lagos, Jalisco, aunque la mayor parte de sus biógrafos coinciden en que su nacimiento ocurrió en 1902, algunos otros establecen que fue en 1906.
 
María pasó su infancia en un pueblo conservador, tradicionalista y orgulloso de su famosa Virgen.
 
A la muerte de su padre, se mudó con su madre a la ciudad de Torreón, donde cursó la secundaria, y en Saltillo, estudió pintura en el Ateneo la Fuente con Rubén Herrera, maestro que le brindó una sólida formación pictórica, la cual cimentó a partir de sus vivencias, su idiosincrasia y en su predilección por la temática popular.
 
A los 23 años ya contaba con tres hijos, pero harta de la vida pueblerina, al morir su madre rompió sus lazos afectivos y abandonó a su esposo. En 1923, se estableció en la Ciudad de México con sus hijos, e impartió clases de pintura para sostenerlos.
 
Sin detenerse por la falta de dinero, continuó sus estudios de artes plásticas y perfeccionó su técnica, cuando después de vivir tres años en la capital, ingresó en 1928 en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos.
 
Fue alumna de Germán Gedovius, un polémico pintor académico, quien fue su maestro de óleo, así como Manuel Toussaint. Gedovius admirado por el talento inusual de su nueva alumna y consciente de su problemática familiar, le dio facilidades para practicar en su casa sin presiones.
 
Sin embargo, el academicismo de la institución la condujo a abandonar los estudios al cabo de un año. La inconformidad estudiantil era predecible porque la pintura académica era opuesta a las tendencias nacionalistas prevalecientes, significaba un retroceso a los tiempos del Porfiriato.
 
Izquierdo superó esta etapa difícil y continuó su carrera, participó en muestras estudiantiles, hasta que en 1929, asistiría el nuevo director Diego Rivera, quien con su presencia, despertó su curiosidad.
 
Rivera observó con indiferencia los cuadros, pero se detuvo ante las obras de María. Al ver sus pinturas exclamó "¡Esto es lo único!", lo cual desconcertó a los alumnos, que consideraban inferior a la incipiente pintora, que manifestaba un expresionismo colorido de lenguaje propio, con temas típicos y costumbristas afines a la sensibilidad del pintor.
 
En 1928, pintó el "Retrato de Belén" (1928), exhibido en aquella muestra de una concepción moderna innegable. En noviembre de 1929, María presentó su primera exposición individual en la Galería de Arte Moderno del Palacio de Bellas Artes, la cual elogió de nueva cuenta Diego.
 
A partir de 1930, Izquierdo se convirtió en una pintora conocida y respetada por su expresionismo de avanzada definición estilística, aunque en realidad ella no eligió ni asimiló la identidad mexicanista, en su esencia, temperamento y vivencias llevaba lo mexicano y el mestizaje.
 
Con la impresión en su obra de las costumbres pueblerinas de San Juan de los Lagos, el paisaje campestre, la visión natural de los objetos artesanales. María se convirtió en la primera mexicana en exponer en Nueva York en 1930 con 14 cuadros que recibieron críticas buenas y regulares.
 
Pero como joven bisoña, provinciana, el hecho de exponer en esa gran ciudad era un logro y una oportunidad para visitar museos, galerías y apreciar las vanguardias internacionales. Dos años más tarde, expuso en París, donde vendió todos sus cuadros y su obra recibió elogios.
 
Izquierdo fue miembro de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y conoció a Antonin Artaud, quien escribió artículos sobre ella. En 1944, viajó y expuso su arte en Chile. A partir de la pintura metafísica, trató el bodegón, el retrato y el paisaje, con tonos populares mexicanos.
 
Su obra recogió imágenes del circo, de las alacenas, del paisaje de México, de su universo de sueños, siempre en una composición interiorista. En 1945, trabajó en el bosquejo de un mural para el Departamento del Distrito Federal, pero la junta evaluadora le canceló el proyecto.
 
En 1948, sufrió una hemiplejía que le paralizó el brazo derecho y la mitad de su cuerpo, pero continuó con el lado izquierdo. Finalmente, falleció en la ciudad de México, el 3 de diciembre de 1955.

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