Domingo, 20 de Octubre 2024
Cultura | Un ''héroe no glorificado'' de la Guerra Mundial

Macintyre rescata al espía Garbo

El español Juan Pujol ''Garbo'', un ''héroe no glorificado'' que creó un falso mundo virtual que los alemanes creyeron a ''pies juntillas''

Por: EFE

La ''Doble Cruz''. Una trama de engaño en la vida real durante tiempos de guerra, que supera toda ficción. ARCHIVO /

La ''Doble Cruz''. Una trama de engaño en la vida real durante tiempos de guerra, que supera toda ficción. ARCHIVO /

MADRID, ESPAÑA (11/MAR/2013).- Cinco agentes dobles llevaron a cabo una obra maestra de engaño, crucial para la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, entre ellos el español Juan Pujol "Garbo", un "héroe no glorificado" que creó un falso mundo virtual que los alemanes creyeron a "pies juntillas", cuenta el autor Ben Macintyre.

Macintyre, columnista del periódico The Times, desvela los detalles de esta operación desarrollada por la conocida como "Doble Cruz" en su libro "La historia secreta del Día D. La verdad sobre los superespías que engañaron a Hitler", publicado en castellano por Editorial Crítica.

"Estamos acostumbrados a una historia sobre la Segunda Guerra Mundial que habla sobre bombas, tácticas y militares y muchas veces se nos olvidan las personas que lucharon en esa guerra secreta, individual y muy solitaria" del espionaje, que tuvo un "efecto tremendo" sobre el destino del continente, dice el autor en una entrevista.

Tras la desclasificación de los archivos secretos de la inteligencia británica, Macintyre ha dedicado muchas horas a estudiar estos documentos que "fueron escritos con la idea de que no iban a ser leídos, y por eso el tipo de verdad que cuentan es mucho más honesta".

"Hay una barbaridad de historias por contar a partir de esos documentos, lo suficiente como para mantenerme escribiendo durante toda la vida", confiesa el periodista.

Macintyre, autor de varios libros sobre espionaje, se centra en esta obra en los agentes de la "Doble Cruz" y la operación que llevaron a cabo para que los alemanes desviaran su atención de Normandía, donde se produciría el desembarco aliado, y encadenaran sus fuerzas en el paso de Calais.

Los documentos del Servicio Secreto británico "tienen una magnitud gigantesca y solo sobre 'Garbo' hay un millón de páginas", explica el escritor, que recuerda que, además del español, este núcleo estaba integrado por una mujer de mundo, bisexual y de nacionalidad peruana; un pequeño piloto de caza polaco; una francesa voluble y un seductor serbio.

"Juan Pujol fue un personaje excéntrico con una imaginación fantástica y salvaje. Es el único espía dentro del grupo que decidió desde el principio ser agente doble. Quiso ser reclutado por los alemanes y espiar para Gran Bretaña. Se lo denegaron, pero igualmente decidió hacerlo y por eso se hizo 'freelance' y se empezó a inventar historias", recuerda.

Desde una biblioteca pública de Lisboa "creó una sarta de mentiras" para los alemanes y simuló vivir en Gran Bretaña, un país en el que nunca había estado, a partir de la información que sacaba de los libros.

Después de que los servicios secretos británicos reconocieran su labor, Pujol "pasó toda la guerra en una pequeña casa en el norte de Londres creando toda esta información falsa".

Así, se inventó una red de 27 subagentes que trabajan para Alemania "totalmente ficticios, todos con sus vidas, familias... La muestra más fehaciente del éxito rotundo del trabajo de espionaje de 'Garbo' es que seis días después del día D los alemanes confiaban tanto en él que le condecoraron con la Cruz de Hierro".

El español fue en su época una especie de "hacker" sin internet, y un "novelista brillante nunca publicado, con una fantasía sin límites", considera el periodista.

"Lo que 'Garbo' hizo fue crear un mundo virtual que no existía, y eso es lo que se puede hacer hoy en día en la red. ¿No será exactamente eso lo que está pasando en la actualidad en el espionaje en internet?", se pregunta Macintyre.

A pesar del papel determinante de estos agentes dobles, el autor destaca que el día D "fue una victoria de unos soldados muy valientes que lucharon en las playas de Normandía y nada de lo que yo escriba debe desviar la atención de esa verdad principal".

Pero sin la gran mentira que montaron estos agentes hubiera sido mucho más difícil que los aliados ganaran la guerra.

Por eso, se encuentra inmerso en una campaña para convencer al alcalde de Londres con el fin de que se coloque una placa en el pequeño inmueble en el que vivió "Garbo", en la que diga: "Esta casa de los suburbios ganó la Segunda Guerra Mundial".

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