Lunes, 25 de Noviembre 2024
Cultura | La muestra se compone de una selección de 40 dibujos en papel

Los polémicos dibujos de Francis Bacon llegan a Buenos Aires

El pintor irlandés negó haber realizado dibujos, unas polémicas obras de arte que no vieron la luz hasta la muerte del artista en 1992 ahora se exhiben en Buenos Aires

Por: EFE

El artista plasmó en su obra el dolor, la angustia, la muerte y el sexo. SITIO CENTRO CULTURAL  /

El artista plasmó en su obra el dolor, la angustia, la muerte y el sexo. SITIO CENTRO CULTURAL /

BUENOS AIRES, ARGENTINA (03/JUL/2010).- A lo largo de toda su carrera el pintor irlandés Francis Bacon negó haber realizado dibujos, unas polémicas obras de arte que no vieron la luz hasta la muerte del artista en 1992 y que ahora se exhiben en Buenos Aires.

Una selección de 40 dibujos en papel, realizados por Bacon (1909-1992) durante los viajes que efectuó a Italia durante sus últimos años, componen la exposición "La Punta del Iceberg".

Los dibujos de Bacon fueron durante años motivo de una larga controversia sobre su verdadera autoría, que concluyó en 2004 cuando un tribunal italiano verificó definitivamente su autenticidad, explicó hoy a Efe el comisario de la muestra, Massimo Scaringella.

Pese al fallo judicial, los miles de dibujos que trazó Bacon aún siguen envueltos en una polémica "que parece trascender la vida del artista", añadió Scaringella.

Para el comisario de la muestra, los dibujos del pintor irlandés reflejan sus "principales temáticas artísticas", como sus emblemáticas escenas de Papas -inspiradas en su "admirado" retrato de Inocencio X del español Diego Velázquez (1599-1660)- y de la Crucifixión, así como retratos y autorretratos.

"Se trata de dibujos que no fueron elaborados para ser exhibidos durante su vida, por lo que ofrecen una reflexión sobre las obras que realizó Bacon al principio de su carrera", agregó el especialista.

La muestra acoge una selección de los denominados "dibujos italianos" de Bacon que esbozó en sus viajes al norte de Italia entre comienzos de los años ochenta hasta su muerte en 1992.

El pintor irlandés dibujaba sin ninguna finalidad comercial y fue regalando sus obras a sus amigos, que mantuvieron en secreto su faceta de dibujante, explicó el crítico de arte británico Edward Lucie-Smith, que fue amigo de Bacon.

El periodista italiano Cristiano Ravarino fue quien recibió el mayor número de ilustraciones, del mismo modo, apuntó Lucie-Smith, que el italiano Miguel Ángel (1475-1564) dibujaba para complacer al joven Tommaso Cavalieri.

Las obras que se exponen en Buenos Aires son obras realizadas a lápiz sobre papel, en los que Bacon retrata escenas individuales mediante composiciones de líneas sencillas.

La mayoría de los dibujos muestra a personas sentadas o de medio cuerpo con figuras deformadas que parecen fundirse con el espacio.

Bacon utilizaba trazos rectos y definidos para perfilar contornos de fondos, como puertas o ventanas, "que contrastan con las líneas desordenadas que insinuan los cuerpos humanos, cuyos rostros aparecen deformados bajo una profunda capa oscura", apuntó Scaringella.

A juicio del comisario de la muestra, Bacon oscurecía los rostros de sus modelos porque quería "negarles la cara y entrar en la intimidad de la persona que evocaba".

"La negación de la imagen parte de su idea de negar la intimidad del hombre. Quiere comunicar el concepto de que él se sitúa en el interior de la persona", añadió.

La muestra de Bacon, que se podrá visitar hasta el 19 de agosto en el Centro Cultural Borges, es una selección de los bocetos exhibidos en la Bienal de Venecia en 2009.

Francis Bacon fue uno de los artistas figuristas más relevantes del siglo XX y en calidad de autodidacta no asistió nunca a ninguna escuela de arte.

Sus inicios en la pintura están marcados por el surrealismo, pero progresivamente derivó al expresionismo, dentro del cual es considerado como máximo exponente de la escuela inglesa.

El artista plasmó en su obra el dolor, la angustia, la muerte y el sexo, ya que, como expresara en cierta ocasión: "Cuando se es fiel a la vida, se es inevitablemente macabro porque finalmente se nace para morir".

Su carácter le llevó a destruir, a los 35 años y cuando todavía no había logrado el reconocimiento de su obra, la mayoría de sus cuadros, y fue en 1944, al acabar "Tres estudios de figuras junto a una crucifixión", cuando le llegó la aceptación de la crítica.

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