Los anteojos de Baskerville

Los efectos que está causando el virus de la influenza humana en todos los sectores productivos del país son, por decir lo menos, desastrosos para el segundo semestre del año. Los relativos al subsector cultura no serán la excepción debido a la gran cantidad de pérdidas totales por la cancelación de actividades culturales, tales como festivales, visitas a teatros y museos, y pérdidas parciales por la reprogramación de eventos.

La agudización de la crisis viral llevó a la Secretaría de Educación Pública del país a la suspensión de clases y con ello vino en cascada el anuncio de las cancelaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) respecto a sus museos, al igual que las del Instituto Nacional de Bellas Artes ( INBA) y todas las actividades organizadas por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ( Conaculta). Lo anterior se verá reflejado en el decremento de los ingresos derivados de la venta de boletos. Por otro lado, y como parte de las medidas que adoptó el subsector, vale la pena mencionar el ofrecimiento al público de visitar los museos sin salir de casa, por internet, así como la traducción a 15 lenguas, entre las que destacan el maya, el mazahua, el mazateco, el mixteco y el náhuatl, de las recomendaciones contra la gripe A, un trabajo realizado por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Sin embargo, acciones como las anteriores no impidieron que el Tianguis Turístico de Acapulco, el más importante y longevo de América Latina, sufriera la más severa de las cancelaciones de última hora, y lo mismo ocurrió con la vida cultural de los estados de la República. La Feria de San Marcos, el Festival de San Luis, el Festival Internacional de Ecatepec y el Festival Cultural de Mayo, por mencionar algunos de los más importantes, son de los más afectados. Para darnos una idea del tamaño del problema en este rubro, existen alrededor de 200 entre los meses de abril y mayo en todo el país, según el Sistema de Información del Conaculta.

Por otro lado, pero en el mismo escenario de los malos presagios para la cultura, el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, José Alfonso Suárez del Real, ha señalado una preocupante omisión por parte del Gobierno Federal en el seguimiento de la política y proyectos culturales específicos, debido a que, según las estimaciones de diversos especialistas, la crisis económica generará acciones recesivas a las actividades culturales, justo cuando se estén recuperando de la crisis de la influenza humana.

Lo anterior tiene especial sentido, ya que no ha habido hasta el momento un pronunciamiento oficial por parte de dos de las secretarías de Estado con mayor relación en el problema, la de Hacienda y la de Turismo. En ese sentido, las estimaciones del presidente de la Comisión de Cultura cobran legitimidad toda vez que es innegable que debido a la crisis económica, el subsector cultura tendrá un presupuesto recesivo, pues en efecto, en la caída de la economía hay que considerar la recaudación fiscal, no hablemos ya de la volatilidad del peso en relación al dólar y al euro, y mucho menos de la baja en el precio del petróleo.

El subsector cultura registró en 2009 el presupuesto más grande de su historia, una parte importante de éste destinado, por cierto, a la realización de festivales y actividades culturales. Es una pena que tanto la crisis económica como la generada por el virus de la influenza tengan al subsector en uno de sus peores escenarios.