Llevan a escena vida del dramaturgo Mijaíl Bulgákov

CIUDAD DE MÉXICO (12/SEP/2012).- La vida del dramaturgo y novelista Mijaíl Bulgákov, quien durante el stalinismo es olvidado y minimizado al grado de llevarlo a la decadencia, es la propuesta escénica de "Cartas de Amor a Stalin", que arrancará temporada el 19 de septiembre próximo.

Bajo al dirección de Guillermo Heras, la obra, que se montará en el Teatro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), da cuenta de la desesperación de Bulgákov, quien ve cómo el régimen estalinista va terminando con su existencia, no por medio de la aniquilación física, sino espiritual, al ignorar su obra y calificarla de sátira irreverente.

En rueda de prensa, Heras afirmó que el montaje, mismo que tendrá dos funciones de estreno los días 13 y 14 de este mes, es una obra que toca el tema de la relación entre el intelectual y el poder.

Dijo que el teatro dentro del teatro es parte esencial de esta historia en la que su protagonista Mijaíl Bulgákov (1891-1940), imagina y su esposa representa a la sombra del presente y ausente a la vez de Stalin.

La atmósfera asfixiante que envuelve tal delirio y simulación, gira vertiginosamente hasta enloquecer al dramaturgo, quien se resiste a vender su alma para salir del estado en el que se encuentra.

El montaje, aseguró, no sólo se trata de una obra histórica, sino llena de pliegues y matices, donde el personaje central, "es llevado a su destrucción".

Comentó que en el fondo de la situación que aborda la obra, está la postura ambivalente de los intelectuales hacia el poder, y que a pesar de la disidencia que pueden mostrar, también necesitan de ésta para sobrevivir y mantener su estatus.

En "Cartas de Amor a Stalin" participan los actores Luis Rabago, Juan Carlos Remolina y Gabriela Núñez, quienes dan cuenta de la historia de Bulgákov, reconocido escritor ruso quien padece represión del régimen Stalinista.

Sumido en la desesperación, decide escribirle al líder soviético una carta persuasiva. No hay respuesta; su mujer amorosamente lo ayuda a buscar estrategias para concebir la carta perfecta, aquella que pueda ablandar el ánimo férreo de Stalin.

Un día Stalin llama por teléfono; parece que por fin Bulgákov será recibido en el Kremlim. Sin embargo, la llamada se corta de improviso. Es así como inicia un periplo por la locura y la desolación que llevará al brillante autor a navegar entre la realidad y el delirio.