La cultura no tiene por qué ser aburrida

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2012).- María del Pilar Montes de Oca Sicilia (Ciudad de México, 1968), directora de Algarabía, es enfática cuando dice que su nuevo libro De todo, excepto feminismo (Algarabía Editorial, 2012), tiene el sello de la revista, pues es accesible para cualquier lector y el interés por la palabra está metido en todos los resquicios de la publicación.

La lingüista, que no es feminista, explica que el libro no es postura, ni panfletario y mucho menos quiere decir "ay, pobres mujeres", pues se decanta por la investigación lingüística, antropológica, ciencia, indagaciones por las palabras hasta llegar a la sociología, la historia, etcétera.

La mayoría de los artículos que integran el libro fueron publicados en Algarabía, pero hay otros inéditos como el que aborda la historia de los apellidos de casadas, las parteras y los abortos. Resalta el artículo La psicología del enamoramiento, en el que indaga por qué nos enamoramos y cómo experimentamos cambios fisiológicos con el amor: nos palpita el corazón más rápido, sudamos con más facilidad y estamos más desconcentrados. El texto es corto y está salpicado de frases de los escritores Lope de Vega, Xavier Villaurrutia, Jorge Luis Borges, pero también de Shakira y de Juan Gabriel.

Otro tema que le llama la atención a Sicilia es el texto Mil años de matrimonio, en donde concluyó que el matrimonio -en la época romana, medieval...- no era algo en donde la gente se enamoraba, sino que era un contrato cuyo objetivo era tener una casa, un linaje, heredar bienes...

Afirma que su objetivo en la revista es difundir la cultura y mostrarle al lector que ésta no tiene por qué ser aburrida ni solemne: "A mí lo que más me gusta como directora es que la gente cuando vea Algarabía diga 'qué padre, qué divertido, qué ameno'. No que sea una obligación".

Chilangonario a la vista

Algarabía también presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el Chilangonario, un diccionario que tiene que ver con las palabras usadas por los habitantes del Distrito Federal. Con un trabajo que llevó ocho años, Alberto Peralta recogió más de 800 voces del habla popular y cotidiana de la ciudad.

Victorias García, cofundadora de Algarabía, dice que en este libro los lectores encontrarán palabras que el "chilango" dice, inventa, hace suyas y modifica. Palabras como zacatear, ojeis, abogánster, talonear, chacharear, valemadrista, entre otras.

Destaca que en el Chilangonario luce la picardía y el ingenio del mexicano y su forma de comunicarse con eufemismos, el uso frecuente de la "ch" y las frases hechas.

"La recopilación te deja ver que el habla chilanga es ingeniosa, es creativa, está muy viva, es dicharachera, es muy relajada, es divertida".

AGENCIA INFORMADOR / GONZÁLO JÁUREGUI