La Orden Isabel la Católica, para José María Muriá

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUN/2011).- Hace 45 años José María Murià egresó de la licenciatura en Historia por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y desde entonces dice que no ha parado de viajar “porque la historia es un viaje constante al pasado para entender el futuro”. Hoy por la noche, fruto de ese camino interminable por estudiar la región Occidente de México, en especial de Jalisco, recibirá de parte del Gobierno español la Orden Isabel la Católica, una distinción de la que el propio académico dice “es, como cualquier otro premio importante, un masaje para el ego”.

Historiador, escritor, museógrafo, catedrático, articulista y académico mexicano, Murià ha centrado sus investigaciones en la Historia de Jalisco, los acontecimientos de Nueva Galicia, la evolución territorial del Estado, el origen de la charrería y el desarrollo del tequila.

El también colaborador de esta casa editorial recibirá de manos del embajador de España en México, Manuel Alabart Fernández-Cavada, un galardón del que dice “estoy emocionado pero también sorprendido, porque un premio como éste se lo están dando a una persona que se ha dedicado principalmente a un tema muy local, como lo es la historia de nuestra región”. Aun así, y con  la modestia a un lado, confiesa que “no soy la persona que mejor conoce Jalisco, pero lo que me ha dejado esta experiencia de 40 años es querer más a este Estado; no seré quien lo conozca mejor pero sí lo suficiente para quererlo mucho”.

Repensar la vida del Estado

En 1963 comenzó a impartir clases en la Escuela Preparatoria de Jalisco, después en la Escuela de Arquitectura de la UdeG, y así continuó su paso por más de una docena de instituciones como catedrático. Pasaron los años y la disciplina en el área de investigación hizo que sus textos fueran determinantes para la creación de conocimiento en la región. Son muchas las generaciones quienes han leído sus libros en la formación básica. Por eso, cuando se le pregunta cuáles son los retos de un historiador, con su trayectoria, su respuesta es determinante “la historia es cambiante y tenemos que ver qué hicimos bien y cómo podemos mejorarla”.

Para el premiado su materia pendiente es que “no he logrado especializarme en algún aspecto particular, mis estudios son generales en la región. Y también creo que debemos tomar conciencia de que la historia que hasta el momento hemos contado es muy optimista”. Es por ello que el también doctor por El Colegio de México expresa que dentro de sus próximos trabajos está la intención de hacer un análisis global de Jalisco sobre “los problemas y defectos fundamentales que han marcado el rumbo de la Entidad; quizá así podamos tomar otro tipo de decisiones”.

Jalisciense por adopción

Nacido el 17 de agosto de 1942, en la Ciudad de México, José María Murià es licenciado en Historia por la UdeG y doctor en Historia por El Colegio de México. Comenzó a impartir clases en la Escuela Preparatoria de Jalisco en 1963 y ha sido catedrático de la Escuela de Arquitectura de la UdeG, el Instituto Alfonso Reyes, la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, el Instituto Matías Romero. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Monterrey, en la Universidad de Puerto Rico, en la Universidad Autónoma de Baja California y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Ingresó a la Academia Mexicana de la Historia en 1993. Fue presidente de El Colegio de Jalisco de 1991 a 2005 y presidente del Consejo de Cronistas de la ciudad de Guadalajara de 1993 a 1995. Fue director general de Archivos y Bibliotecas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y secretario técnico de la Comisión Nacional Conmemorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos. También fue curador del Museo Regional de Guadalajara y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1987.

Para saber

La Orden de Isabel la Católica es una condecoración de España, instituida por el rey Fernando VII el 14 de marzo de 1815, con el nombre de Real y Americana Orden de Isabel la Católica, con el fin de premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la nación y muy especialmente en aquellos servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos.
Los últimos mexicanos galardonados con la Gran Cruz fueron Carlos Fuentes, Javier Garcíadiego, Enrique Krauze, Mario J. Molina y José Woldenberg, todos en 2008.