Sábado, 21 de Septiembre 2024
Cultura | Su viuda señala que el autor se hizo ''bloggero'' en sus últimos años

José Saramago era un apasionado de las nuevas tecnologías

''El último cuaderno'' es un libro de vida pero también una despedida, dice su viuda

Por: NTX

Pilar Del Río se encuentra en el país promocionando ''El último cuaderno''. A.CAMACHO  /

Pilar Del Río se encuentra en el país promocionando ''El último cuaderno''. A.CAMACHO /

CIUDAD DE MÉXICO (04/ABR/2011).- Como un apasionado de las nuevas tecnologías, un defensor de los derechos humanos, un buen compañero y sobre todo un extraordinario amigo y ser humano, así recordó la editora Pilar del Río a su esposo, el escritor José Saramago (1922-2010).  

Entrevistada a propósito de la presentación del libro 'El último cuaderno', el próximo 6 de abril en la librería 'Rosario Castellanos' del Fondo de Cultura Económica (FCE), la viuda del Nobel de Literatura 1998 afirmó que Saramago continúa omnipresente a casi un año de su muerte.  

'Cada día palpo y siento mucho respeto y cariño hacia Saramago de parte de los lectores mexicanos. El tiempo no ha hecho decrecer este cariño, por el contrario, ha aumentado', dijo la editora de Saramago al castellano.  

Contenta y feliz por las diversas actividades que se han realizado en torno a la figura del escritor portugués en México, Del Río dijo expresar admiración por la cantidad de amigos que tuvo Saramago y que hoy le guardan respeto y cariño.  

'Tengo esa apreciación de que la gente tiene la necesidad de cuidar de la obra de Saramago', agregó.  

Con prólogo de Del Río y del italiano Umberto Eco, el libro recoge los textos que Saramago escribió de forma asidua en su "blog" personal, entre el 23 de marzo de 2009 y el 2 de junio de 2010, 16  días antes de morir en Lanzarote.  

Reflexiones íntimas, comentarios sobre política, pensamientos o simples opiniones de los temas más diversos conforman este libro, donde la voz del portugués puede volver a escucharse nítidamente.  

Sobre la obra, Del Río calificó a Saramago como un hombre de su tiempo que a sus 86 años se hizo 'bloggero'.  

'El escribía sobre los asuntos de actualidad, los que le satisfacían y los que le irritaban. Lo hacía de política, pero también sobre el perro de Barack Obama, de escritores que amaba, sobre las películas que el agradaban y personajes despreciables como Berlusconi.  

'Es toda una miscelánea completa, pues presenta más textos que ya tenía escritos y por ejemplo, estaba publicados en Portugal, pero no en Paris, España u otros países. Se trata de un regalo que Saramago nos hizo, pues se presentan sus acentos, sus pasiones y también sus rabias e impotencias', mencionó.  

Recordó que Saramago era un lector asiduo de diarios y revistas a través de la Internet y siempre estaba al tanto del acontecer mundial.  

'Lo mismo observaba un diario en México, como en Portugal, Brasil, Italia o Estados Unidos con tan sólo un `clic´. Pero un día, cuando hicimos la página de la Fundación que lleva su nombre, decidimos abrir un blog y él me preguntó si podía escribir alguna vez, y le respondí que una no, sino todos los días. Así inició el blog', explicó.  

Mencionó que según Saramago, el desarrollo tecnológico e industrial, no tenía un paralelo desde la Segunda Guerra Mundial, al desarrollo moral.  

'El decía que el progreso tecnológico no iba a la par con el progreso moral y sería conveniente que paráramos en algún momento este determinado desarrollo que afecta a los países, para que otros pudieran venir de tras y poder hacer un desarrollo sostenible para todos', indico.  

Con lágrimas en los ojos y a punto del llanto, Del Río recordó que 'El último cuaderno', no es un libro triste ni tronante, es, simplemente, una despedida.  

'Por eso, Saramago, pese a estar atento a la anécdota del día o al suceso terrible, pese a usar el humor y la ironía y emplearse a fondo en la compasión, rescata textos dormidos que son actuales y nos los deja como regalos inesperados, no como un testamento, simplemente ofrendas íntimas que desvelan pasiones y sueños', comentó.  

En cerca de 300 páginas, Saramago acerca al lector al mundo de Kafka, o a la inevitable tristeza de Charlot, o bien, describe la soberbia aventura de coronar la cima de la Montaña Blanca, en Lanzarote.  

'Este es un libro de vida, un tesoro, un Saramago que nos habla al oído para decirnos que el problema no es la justicia, sino los jueces que la administran en el mundo', abundó.  

'No habrá más cuadernos, esa mirada oblicua para ver el revés de las cosas, la frontal, sin bajar nunca la cabeza ante el poder, sí para besar, la ironía, la curiosidad, la sabiduría de quien no habiendo nacido para contar sigue contando, y con qué actualidad ahora que ya no está y tanta falta nos sigue haciendo.  

'Así son las despedidas de los hombres que saben que han nacido de la tierra y que a la tierra vuelven, pero abrazados a ella, con esa especie de inmortalidad que ofrece el suelo del que nos levantamos cada día, con nuevas experiencias incorporadas. Las de quienes son suelo y tierra, nuestro sustento, tal vez nuestra alma', concluyó Del Río.  

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