Industria editorial mexicana, sin salir de crisis

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2011).- Mínimas altas, máximas bajas, crisis general. Es el resumen de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) que en el marco de la Feria Internacional del Libro dio a conocer sus estadísticas con los principales indicadores de ventas, producción, edición y facturación.

"Industria en crisis por los problemas que hemos padecido que van desde la piratería en papel y digital hasta la que tiene que ver con que el Gobierno sigue con la producción de 63% de los libros de texto", informó el presidente de la Caniem, Victórico Albores Santiago, luego de dar a conocer las cifras generales de un estudio comparativo entre 2009 y 2010 con algunos datos históricos desde 2005.

En 2010, la producción general de libros fue de 345 millones 965 mil 390 ejemplares de los cuales 52% atienden a libros de texto gratuito y por lo que de la cantidad general, 63% es producción del Gobierno y 37% de la industria privada.

La producción editorial creció 6% en comparación con 2009, con 47% de novedades que representaron tres mil novedades más y la suma de 10 mil autores nuevos, según informó el tesorero de la Caniem y coordinador de la estadística, Jesús Galera Lamadrid.

El aumento es positivo, pero mínimo comparado con los escollos que tienen la Cámara Editorial en su desarrollo, de acuerdo con lo referido por su presidente, quien considera que la piratería fue lo que más los afectó ya que ha crecido tanto en papel como en digital, como punto de comparación dio a conocer que en 2009 se realizaron 25 millones de descargas a libros en internet y para 2010 fueron 87 millones de descargas.

El otro punto que consideran afecta su crecimiento es que el Gobierno sigue con la producción de la mayoría de los textos, así como la cultura sobre lectura que consideró Albores Santiago ha tenido "muy bajo" fomento, y como muestra el botón de las bibliotecas municipales : "En México 94% de los municipios no tienen librerías y las bibliotecas públicas prácticamente no han crecido su acervo".

Ante este panorama, la Caniem busca algunas soluciones para salir de la crisis, comenzando con la posibilidad de que el Gobierno comience a etiquetar recursos para bibliotecas públicas, siguiendo con la posibilidad de apertura para la producción de libros de texto por la iniciativa privada, "ya que este esquema de producción editorial gubernamental a nivel mundial sólo se da en Cuba y en México...mientras el Gobierno siga con la producción de libros, la industria editorial no se desarrollará".

Ante esta situación se le cuestionó a los integrantes de la Caniem que agrupa a unas 100 editoriales sobre la posibilidad de explotar otras vías que no sólo tengan que ver con los libros de texto, sin embargo por la falta de fomento a la lectura consideran la mayor apuesta en venta y producción seguirá siendo mayoría en este renglón.

Y siguiendo el adagio si no puedes con el enemigo, la piratería, únete a él, la Caniem considera que la ley de protección al autor es "buena, pero no suficiente, todavía en la práctica no opera" y es por ello que están buscando comercializar textos en digital, que las descargas en internet lleven un costo y "licenciar fotocopiado" para que tenga la posibilidad de preservar al menos un cargo mínimo por derechos de autor.

Las estadística de 2011 no está realizada pero consideran que comparado con 2010 no pinta mejor, ni peor, todo lo contrario para el presidente de la Caniem: "Las cosas van mejor, pero la piratería, la producción y la crisis económica general del país nos siguen superando".

ALGUNOS NÚMEROS DE LA CÁMARA MEXICANA DE LA INDUSTRIA EDITORIAL

Comparativos 2009-2010

36% creció el número de títulos con 25 mil 348, producción de la Caniem

0.4% aumentó la comercialización de 143 mil 250 títulos producción general de Caniem

8% creció la facturación de libros con un total de ocho mil 907 millones 294 mil 17 pesos

2.1% menos decreció el número de empleados base de la industria y aumentó 3% el de empleados eventuales así como un aumento de 13% el número de contratos etiquetados como free lance

EL INFORMADOR /PATRICIA PEÑA