Homenajearán a Guillermo Arriaga por trayectoria dancística

CIUDAD DE MÉXICO (14/AGO/2011).- Por su destacada trayectoria, Guillermo Arriaga (1926), pionero de la danza moderna en México, recibirá mañana un homenaje en el Centro Cultural del Bosque (CCB), donde se realizará una mesa redonda con Margarita Tortajada, Héctor Garay, Cora Flores y Adriana Malvido.  

También, el marco de la celebración de su cumpleaños 85 y de sus 60 años dedicados a la danza, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) organizó una función de gala para el próximo viernes, en la que participan las compañías Mexicana de Danza Contemporánea y Nacional de Danza Folklórica, y las actrices Ofelia Medina y Pilar Pellicer.  

La mesa será en la Sala CCB, mientras que la gala será en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, espacio donde también se montará una exposición documental del artista, informó el INBA.  

En sus diversas facetas, como bailarín, coreógrafo, docente o investigador, Arriaga ha dejado huella invaluable que ha marcado a diversas generaciones en el campo del arte del movimiento.  

Su gran talento ha sido además recompensado con múltiples premios y reconocimientos que le han sido otorgados por una labor fructífera que enaltece el arte danzario de México, a la par de su trabajo como escritor y estudioso del arte teatral y la música.  

Originario de la Ciudad de México, Arriaga ingresó a esta disciplina a los 23 años, cuando tomó clases con el Ballet Nacional de México, además de estudiar con los grandes exponentes de la danza como Waldeen, José Limón, Doris Humphrey, Margaret Craske, La Meri y Myra Kinck.  

En la rama musical tomó cursos con Pedro Minchaca y José Sabre Marroquín, y de teatro con maestros de la talla de José Ignacio Retes, Seki Sano y Fernando Wagner.  

De acuerdo con el homenajeado, en el mundo de las artes incursionó con la música, porque "mi padre era una persona muy sensible a la música, a él le debo mis primeros conocimientos de lo clásico".  

Apuntó que desde muy chico estudió piano y fue hasta 1942, en plena Guerra Mundial, que llegó a México gran parte del ballet de los rusos, para ofrecer una función de "Las Sílfides" y fue ahí donde descubrió su vocación.  
En aquel tiempo, consideró el también corógrafo, "fue muy difícil decirle a mi papá que quería ser bailarín, pero tuve la fortuna de conocer a Ignacio Retes y me metí al teatro; al cumplir los 21 años decidí que mi vida sería la danza".  

Recordó que sus primeras maestras en el ámbito fueron Waldeen y Ana Mérida, pero la influencia mayor en toda su carrera, como bailarín y coreógrafo, fue José Limón, de quien tuvo el privilegio de ser alumno.  

"Admiraba todo de él, ya que le pasó lo mismo que a mí al incursionar en la danza un poco grande. Gracias al maestro Miguel Covarrubias se presentó por primera vez en México y fue un impacto tremendo para toda mi generación, porque fue un fenómeno como bailarín y coreógrafo", apuntó Arriaga.  

Para el coreógrafo, dentro de su trayectoria artística ha tenido "una gran suerte", ya que en 1949 Ana Mérida le permitió realizar el papel del venado en "La balada del venado y la luna", cuando aún era un principiante, logrando un éxito rotundo en el estreno.  

 Es a partir de ese momento en el que comienza su camino como un destacado ejecutante, para posteriormente incursionar también en la coreografía, la docencia y la investigación.  

Particularmente, en el campo de la creación realizó obras como "El sueño y la presencia", "Romances y fronteras", "Cuauhtémoc" y "Feria y fauna", entre otras.  

Sin embargo, su obra "Zapata" se convirtió en un hito de la escena dancística mundial después de su estreno en 1953 en el Teatro Nacional Studio, dentro del Cuarto Festival Mundial de la Juventud en Bucarest, Rumania.  
A decir del autor, "es una obra que tiene 58 años de edad y sigue vigente, pues a la fecha la interpreta el Taller Coreográfico de la UNAM, además de que también se presenta seguido en Aguascalientes y Monterrey".  

 Señaló que esta obra es una de sus grandes aportaciones a la danza, además de su trabajo en la docencia, el cual ha sido muy gratificante.  

 Diversas anécdotas envuelven la vida artística del maestro Arriaga, quien recordó una con especial cariño y es que en uno de los ensayos generales de "El venado y la luna", donde estaba presente la plana mayor de Bellas Artes, entre ellos Salvador Novo y el maestro Carlos Chávez, Arriaga resbaló y en ese momento pensó que ahí había terminado su carrera.  

"No sé de dónde saqué el coraje y pedí repetir la escena. Al final todos me aplaudieron, pero para mi fue algo muy espantoso", apuntó el maestro.  

Además de su trabajo artístico, Guillermo Arriaga fue gerente de Convenios Culturales y Educativos del Fondo Nacional para las Actividades Sociales (Fonapas) y director de Danza en el INBA.  

Creó el Ballet Mexicano, el Ballet Popular de México, el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (CENIDI-Danza) "José Limón" del INBA y fue nombrado miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana.  

 Diversos premios y reconocimientos le han sido otorgados a esta figura de la escena de la danza mexicana contemporánea, entre los que destacan el Premio Latinoamericano de Danza otorgado en Chile, el Primer Premio en el Festival Musical de Israel y la Medalla de Oro otorgada por el Presidente Adolfo López Mateos en 1963.  

En 1990 le fue otorgada la Medalla Una vida en la danza del INBA, y cinco años más tarde recibió el Premio "Guillermina Bravo" en el Festival de Danza Contemporánea de San Luis Potosí, y en 1996 obtuvo el IX Premio Nacional de Danza "José Limón" en Culiacán, Sinaloa.  

"Soy una persona que sigue activa, estoy en la literatura, la docencia, he estado 20 años dando conferencias y cursos por toda la República Mexicana, y espero seguir hasta donde pueda", concluyó el coreógrafo.  

Entusiasmo, entrega y pasión por el arte mexicano son algunas de las características más evidentes en la vida de Arriaga, y por las cuales será recompensado con la celebración que harán el INBA y la Compañía Mexicana de Danza Contemporánea, a propósito de sus 85 años de vida y las seis décadas dedicadas a la danza.