Hablan expertos sobre el pensamiento de Francisco I. Madero

CIUDAD DE MÉXICO (27/NOV/2010).- El iniciador de la Revolución Mexicana y presidente tras la caída de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, fue un hombre conocido por su conducta de espejo, en la que primero sometía el espíritu al cuerpo, pero nunca habló de su práctica espiritista, informaron esta noche Alejandro Rosas y Manuel Guerra.  

Participantes en la mesa redonda 'Contrastes del pensamiento maderista. Docotrina espiritista', los escritores comentaron que si bien era del dominio público que Madero creía en el espiritismo, nunca la hizo pública ni sus creencia en la reencarnación y en todo lo relacionado con el más allá.  

Entrevistado durante el encuentro, que se realizó como parte del ciclo 'Madero a 100 años', que se lleva a cabo en el Museo Nacional de Arte, en el Centro Histórico, Rosas explicó que el propósito es mostrar todos los aspectos del revolucionario.  

Incluso los que han sido controvertidos por mucho tiempo y que han resurgido en últimos meses, como son la personalidad de Madero y su devoción o acercamiento muy profundo y convencido de la filosofía espiritista.  

Dijo que, como se habló en la charla, desde muy joven el luchador social se acercó, y encantó, con las obras de quien es considerado del padre del espiritismo francés, Allan Kardec.  

A partir de ahí, añadió, Madero (1873-1913) construyó todo su pensamiento personal en el sentido moral y ético, lo cual lo llevó a ponerlo en práctica en la vida cívica.  

Destacó el momento en que el prócer utilizó los mismos métodos por los cuales de acerco al espiritismo para construir toda la plataforma política con la que le conocería desde 1909, a través de la democracia.  

Durante la mesa, ambos estudiosos aclararon que el espiritismo y las corrientes filosóficas similares parecieran hoy charlatanerías; sin embargo, en aquel tiempo era una filosofía y así lo consideró siempre Madero.  

Aclararon que este pensamiento sistematizado era algo muy común de la época, no era una cuestión aislada de Madero, habían muchos adeptos. Además, destacaron que habían seis o siete periódicos nacionales espiritistas.  

Opinaron que quizá era una moda de la época frente al positivismo que impulso el porfirismo, en el que todo tenía que ser comprobable o estaba construido a través del progreso material.  

Frente a ello, el espiritismo sirvió como un campo para la reflexión espiritual, de hecho si se revisan las comunicaciones de Madero no se encuentra nada del otro mundo.  

Es decir, no hay referencias al cielo o al infierno, a los ángeles; su discurso es sobre el orden moral y político, pero ello lo recibía de los espíritus, siendo el entonces presidente de México médium escribiente de dos personajes: 'Raúl' y 'José', dijeron los especialistas.  

De acuerdo con sus creencias, anotaron, él estaba en trance y recibía comunicaciones enfocadas al orden moral y ético, como no duermas la siesta, has la caridad, procura el bien del prójimo, sé solidario, ama a tu prójimo y demás.  

Así como las que tenían que ver con el carácter político, entre ellas leer el periódico o asumir una posición política, anotaron.  

Precisaron que se cree que 'José' le dictaba los mensajes con tema ético, mientras que 'Raúl' los de índole político.