Había una vez un fabulador

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2015).- Dicen que veinte años son nada, pero en el mundo de las letras han sido grandes diferencias las que separan a la primera y la segunda visita de Salman Rushdie a la FIL; y es que ayer el escritor de origen indio estuvo presente en la apertura del Salón Literario de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2015, donde recibió la medalla “Salón Literario Carlos Fuentes”, de manos de Silvia Lemus, viuda del autor de “Aura”.

Durante la ceremonia, Raúl Padilla recordó que en 1995, Carlos Fuentes hizo la presentación de “El último suspiro del moro”, novela que el autor británico publicó luego de la polémica por “Los versos satánicos” y las amenazas de muerte por la fetua. Rushdie no estaba anunciado, afirmó el ex rector de la UdeG, pero a mitad de la sesión apareció sorpresivamente. Ahora, veinte años después, Salman Rushdie llega ya sin las preocupaciones por su seguridad, habiendo publicado otras tantas novelas y una memoria sobre su vida. Por su parte, el autor mexicano Pedro Ángel Palou se encargó de hacer la semblanza del invitado de honor, quien comenzó su carrera luego de ser escritor publicitario y obtener una maestría en historia, apuntó. Habló de su bibliografía: “Grimus”, su experimento joyceano e “Hijos de la medianoche”, un texto multipremiado.

Así mismo, Palou resaltó “la soberana libertad de la imaginación, no la loca de la casa; sino la reina de la inteligencia y la clarividencia”. Comentó su trabajo ensayístico, desde sus memorias hasta textos sobre cine, como “El mago de Oz”, o sobre sucesos políticos como el ataque terrorista del 11 de septiembre.

 Afirmó que el libro que ahora presenta, es “Después de ‘Hijos de la medianoche’, otra obra maestra”. Su título es “Dos años, ocho meses y 28 noches”, lapso que suma mil y una noches, en referencia a la tradición narrativa. “Es una máquina generadora de historias”, concluyó Palou.

La nostalgia se hizo presente con la evocación de Carlos Fuentes, cuya viuda (Silvia Lemus) colocó una medalla conmemorativa a Rushdie. Con la presea colgada, el escritor anunció que leería un texto en el que expondría los orígenes de sus historias. Antes, compartió un fragmento de sus memorias, en el que descubre que las historias que le contaba su padre no eran reales: “Pero al no ser reales, las historias hacen sentir y decir cosas que la verdad no puede decir”, aseguró el escritor.

Ya en el texto inédito, apuntó: “Antes del libro hubo historias, en su oralidad incluso se cantaban. La necesidad de narrativa es tal que pedimos historias como pedimos comida. Los niños sueñan historias, son hacedores y receptores de literatura, pero al crecer esas historias se guardan en una caja en el ático. Se consideran irrelevantes, innecesarios, cosa de niños. Esa gente es triste”. Y es que, para el escritor, “las historias de las que nos enamoramos nos hacen quienes somos... Una de las maravillas de la literatura es que abre las puertas a muchos otros lugares”.

PARA SABER

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Durante su participación en la apertura del Salón Literario de la FIL, el autor británico recomendó a los jóvenes autores no escribir sobre lo que les parece interesante; sino sobre lo que no conocen. También, expresó que “la ficción es ficcional y trata de inventar cosas”.