Guadalupe Morfín lee en voz alta ''Tiempo de Plantar Olivos''

GUADALAJARA, JALISCO (24/AGO/2012).- "Es hermoso leer tu texto, pero escucharlo con tu voz es mejor", le dijo una lectora a Guadalupe Morfín, cuando la escritora concluyó la lectura en voz alta de su cuarto libro de poesía ''Tiempo de Plantar Olivos'' (Arlequín, 2012) y una fila de mujeres esperaba a que les dedicara una firma, unas palabras, un abrazo.

Y es que en el Salón Bicentenario del Palacio de Justicia, la ex ombudsman jalisciense, fresca y alegre, leyó con tono mesurado, reparando en cada detalle, fecha y vivencia, cada poema seleccionado que nació durante las pausas del trabajo que llevó a cabo en los distintos puestos que desempeñó a favor de los derechos humanos.

"Es un libro cuyos poemas fueron escritos a raíz de mis cargos públicos en temas de derechos humanos, derechos de las mujeres, prevención de violencia, investigación, sanción y atención a víctimas", dijo antes de dar un largo trago a su café y comenzar la lectura.

Detrás de un pequeño escritorio que dominaba el espacioso salón y que miraba de frente a los casi 30 presentes que con serena atención la escuchaban acodados sobre los pupitres, la defensora de los derechos humanos mostró la publicación que definió como "el portal íntimo donde enciendo el fuego, a solas y en comunión. Las palabras han sido las migajas en el bosque oscuro que me han permitido regresar a casa, es decir, a mi propio aliento".

Poemas largos, cortos, llenos de imágenes y de vivencias de la poetisa durante sus cargos como Presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco de 1997 a 2001, como comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, de la Secretaría de Gobernación y como Fiscal Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas, de la Procuraduría General de la República (PGR), Guadalupe Morfín se detenía al finalizar cada lectura para explicar el motivo por el cual se había decidido a escribir esa pieza. La muerte de una mujer, el llanto de un colaborador suyo, conflictos con instituciones de gobierno y eclesiásticas, la fuga del "Chapo" Guzmán, etcétera, fueron parte de su inspiración.

Resaltó que aunque el libro se elaboró con "materia prima triste, dolorosa", no es una publicación triste, sino que "invita a la esperanza, a la esperanza de atrevernos a mirar, de crear belleza en solidaridad".

En el evento estuvo presente la artista plástica Rosalba Espinoza, quien presentó la exposición Aritméticas del dolor, que consta de 26 imágenes que rodean los pasillos interiores del edificio con pinturas de los rostros de los victimarios, ya sean soldados, niños o sicarios.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI