Esteban Hernández, con estilo propio

GUADALAJARA, JALISCO (03/ENE/2014).- El ballet no es algo natural. El cuerpo no está hecho para hacerlo, pero sí para soportarlo, argumenta Esteban Hernández, el bailarín tapatío que venció a los malos augurios por tener un físico no apto para levantarse en puntas. Hoy, este joven de 19 años de edad integra uno de los conjuntos dancísticos más importantes del mundo: el San Francisco Ballet, de California, en Estados Unidos.

Esteban Hernández (junio de 1994) recién concluyó su primera temporada al frente de la clásica obra ''El Cascanueces'', logro que amagó tras egresar con honores del prestigiado conservatorio londinense Royal Ballet, institución en la que demostró ser uno de los bailarines más prometedores del ballet importado desde México.

El talento le viene de familia, pero abrirse paso entre las altas esferas del ballet internacional no ha sido fácil. Nacido de padres bailarines y hermano de Isaac Hernández —otro mexicano que es sinónimo de virtuosismo dancístico—, Esteban asegura que su camino se define progresivamente ante los triunfos que cosecha por propia cuenta, pues con tan sólo 12 años de edad emprendió el primer viaje lejos del seno fraternal hacia Filadelfia, primera institución que le abriría los ojos al ballet profesional y la independencia personal.

De visita en Guadalajara y previo a retornar para su segunda temporada en San Francisco, el bailarín tapatío explica que las comparativas y la competencia profesional que se enlaza inevitablemente con su hermano Isaac, no es algo que le haga temblar las piernas, pues el joven defiende técnica y artísticamente el estilo dancístico que cada uno desarrolla al montarse en el escenario.

“El nombre de mi hermano siempre estará ahí. Somos artistas completamente diferentes, él tiene su forma de bailar y yo la mía, pero más o menos seguimos el mismo camino. Hasta cierto punto sí hay un poco de competencia, pero dentro del ballet. Es competencia sana y eso ayuda a mejorar. Yo veo, aprendo y lo aplico para mí, porque mi meta es llegar a ser el mejor. No me gusta tomar las cosas de manera negativa, ni enfocarme tanto en lo que piensa el resto de la gente sobre lo que estoy haciendo”.

Esteban añade que el ingreso a las filas del San Francisco Ballet lo coloca en un momento de exploración continua y los lineamientos para cristalizar su forma de bailar, y así, llegar a la libertad de expresión sin perder la técnica elemental.

“Del Royal Ballet a San Francisco he aprendido a apreciar el ballet de forma diferente, que no es solamente pasos o movimientos perfectos. Hay un sentido, un sentimiento, una libertad completamente. Llega un momento en que te olvidas de la técnica y te enfocas más en crear personajes en el escenario”.

• A la escena mundial

Regresar a México de manera definitiva no es algo que aparezca en los planes cercanos de Esteban, y aunque existen diversas propuestas para desarrollar presentaciones independientes en suelo tapatío junto a su hermano Isaac Hernández, el bailarín asegura que falta una estructura sólida en la danza que realmente le atraiga a los cuerpos de baile nacionales.

“Me da un poco de tristeza saber que en México no se le da importancia, se aprecia más a los talentos mexicanos en el extranjero que en nuestro propio país”, crítica Esteban al notar la falta de instituciones gubernamentales que brinden un sustento profesional al ballet.

Pese a que la familia Hernández impulsa un proyecto integral para instalar la primera escuela de ballet gratuito en México, el joven bailarín advierte que aún falta mucho por hacer.

“Ésa es la meta, después de salir a adelante (en el extranjero) me gustaría regresar a México para hacer lo que hago afuera, pero aún no hay ese calibre de danza que tienen Estados Unidos y Europa”.

De momento, Esteban Hernández visualiza regresar en un futuro próximo al londinense Royal Ballet, no como miembro de una sola compañía, sino de manera independiente, de tal suerte que él pueda seleccionar sus propias participaciones de manera itinerante en diversos cuerpos dancísticos.

“Quiero recorrer el mundo y llevar mi arte, mi pasión, llevar a México a diferentes partes”, expresa el bailarín al anunciar que al término de la temporada enero-marzo, el San Francisco Ballet realizará estrenos mundiales exclusivos para la compañía californiana, para después emprender una gira de tres semanas en París, Francia.

Es así como este bailarín inicia 2014, con una agenda activa entre funciones de fin de semana y ensayos diarios que van desde las 10 de la mañana hasta las seis de la tarde.

TOMA NOTA

Pasos constantes

• A los siete años inicia los estudios de ballet clásico con su maestro y padre, Héctor Hernández Valle. Desde entonces, el tapatío suma becas otorgadas por el Fonca (México), The Royal Ballet School (Inglaterra), The Rock School for Dance Education y el American Ballet Theatre (EU), además de internacionales reconocimientos entre los que figuran:

• Medalla de oro en el Youth Ballet Prix de San Petersburgo, de Rusia.

• Medalla de oro en la American Ballet Competition, de Estados Unidos.

• Premio Estatal a la Juventud, México

• Premio Sarquis Merrewe.

• Premio Nacional de la Juventud otorgado por el entonces presidente de México, Felipe Calderón.

• Medalla de oro en el décimo Concurso Internacional para Estudiantes del Ballet, en Cuba.

• Medalla de oro en el Youth America Grand Prix, de Estados Unidos.

• Medalla de oro en la Competencia TanzOlymp, de Alemania

• Premio del jurado en la Competencia Internacional de Ballet, en Estados Unidos

SABER MÁS

Otra pasión

De no haber sido bailarín de ballet, Esteban Hernández dice que sería la música el camino que guiaría su pasión por lo artístico. Aunque abandonó las clases de piano, y su posibilidad de desarrollarse en esa área, el joven encuentra un equilibro entre la danza y la armonía musical; aunque también —advierte— siente una gran curiosidad por la psicología, literatura y la filosofía.

FRASE

"Bailar se trata de disfrutar, de sentirte libre, dejar una parte de ti en el escenario, que el público vea quién eres”.

Esteban Hernández, bailarín tapatío de ballet.