Enseñanza de caligrafía, por iniciativa de profesores

GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2013).- Los maestros de educación básica que implementan en sus clases la enseñanza de la caligrafía lo hacen por iniciativa propia, pues en los programas educativos actuales no se indica alguna obligación al respecto, coinciden Francisco Lomelí y Lucía Gutiérrez, director y profesora, respectivamente, de la Escuela Urbana No.38 "Manuel M. Diéguez".
 
La responsabilidad inmediata de que se mantenga vigente la caligrafía es de los profesores que la enseñen, aseguran, y en tanto esto se dé, el niño tendrá la capacidad de desarrollar habilidades de psicomotricidad  y entender la riqueza del lenguaje. El abandono a estos sistemas de escritura avanza puesto que los nuevos códigos ya no las promueven, comentan los docentes.
 
Ante esto, la alternativa más viable es que los profesores tengan la disposición de incentivar en el niño paralelamente cualidades de escritura y caligrafía, y de producción de textos en dispositivos electrónicos, refiere Francisco Lomelí.
 
La Secretaría de Educación Pública  (SEP) a través de su Acuerdo 592 estipula que un niño de nivel escolar básico es preparado para entender funciones del lenguaje escrito y es capaz de comunicarse de esta forma, aunque no especifica si las técnicas serán a modo de letra de molde, cursiva o cualquier otra opción.
 
Además, la SEP escribe que los niños de educación básica también serán capacitados para producir textos y para actividades con herramientas digitales y otros productos de software.
 
Pese a que la explotación de las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC) es parte de los estatutos de la Secretaría, comenta Francisco Lomelí, en el día a día de las escuelas primarias difícilmente se pueden cumplir, pues faltan recursos humanos, económicos y "voluntad política" en general.
 
A México le quedan varios años de papel. De acuerdo con el director, con miras a un sistema de escritura que abandone el lápiz y se enfoque en procesadores de textos, el país está a por lo menos 20 años para posicionarse de tal forma, esto por el rezago tecnológico y educativo que vive.
 
Mientras tanto, Lucía Gutiérrez Pérez, maestra de la escuela que dirige Lomelí, implementa en su programa de actividades la enseñanza de letra cursiva con un método llamado Katz y Katz, cuyas lecciones comienzan con trazos básicos, posteriormente con letras y finalmente con palabras. Cada movimiento de mano se acompaña de un sonido vocal, lo que ayuda a que el niño asocie la escritura con el canto y escriba según escucha.
 
A decir del director de primaria, no es que los infantes hayan perdido cualidades de escritura, probablemente sus capacidades están multiplicadas, sucede que no están encaminadas a la pluma sobre el papel y las máquinas han rebasado. En este panorama, la alternativa es que los docentes se asocien a las tecnologías y las exploten para las lecciones de escritura a mano, y si sus capacidades permiten, para la misma caligrafía.
 
Ahora son evidentes en los niños dificultades de aprendizaje que antes no se daban, explica el director que tiene más de 20 años en el cargo, rezagos en la comprensión lectora y en la escritura. Estos retrasos Lomelí los atribuye a la proliferación de objetos tecnológicos con los que el niño convive, la competencia con los medios de comunicación y la desatención de los padres.
 
Otro factor que influye en la falta de desarrollo de la escritura de los alumnos es la imitación de las modas, por ejemplo, acortar palabras y sustituir letras, al estilo "T kiero", ejemplifica el director.
 
Ante ello, la mejor actitud que pueden tomar los profesores es entender a los estudiantes con sus modas y aliarse, para así explicarles la necesidad de un lenguaje correcto en ciertas circunstancias, opina Lomelí.
 
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA