En las entrañas de la Viuda Negra

GUADALAJARA, JALISCO (29/OCT/2012).- La única luz proviene de la flama de una vela que yace al interior de una jaula colgante cubierta por hilos de araña. Entre la penumbra del cuarto se distinguen algunos viejos muebles y en una esquina, un par de zapatos de mujer. Al exterior los truenos anuncian una noche de tormenta, y dentro, las campanadas del reloj  marcan la aparición de la temida Viuda Negra.

Camina sigilosa a través de las sombras. Se esconde bajo la mesa y asoma sólo un pie, para explorar con él la oscura atmósfera. Continúa arrastrando por el piso su cuerpo negro y, con cuidado, comienza a abrir las puntas de una tela que guarda en su interior arena fina. Mientras la acaricia, juega también con la cabeza de una muñeca vieja que frota contra sus piernas, brazos y pecho.  

Entre los sonidos que confirman las sospechas de lluvia se escucha también una voz femenina, separada del cuerpo que continúa moviéndose en escena: “Nací en la muerte del día / como un arrebato del viento / no fue la sangre, sino la tierra quien me sostuvo (…) me busco en los espejos… Nada”.

El lugar: las entrañas del Teatro Guadalajara del IMSS. Se llega ahí por la parte trasera del foro administrado por la compañía Luna Morena, a través de una puerta en la calle Manzano. Después de atravesar una oficina administrativa, se bajan unos estrechos escalones y el escenario está montado en el cuarto contiguo.

En ese lugar que se abre por primera vez al público en más de 50 años, se encuentra la oscuridad necesaria para crear este experimento escénico que es un “lamento en solitario”, como lo han definido su director Miguel Ángel Gutiérrez y la intérprete Karina Hurtado.

“El espacio impulsó y motivó el tono de la obra”, afirmó el primero, “que es una obra triste y melancólica, que habla de la soledad”.

La idea de este montaje surgió hace más de cinco años –contó el director— quien invitó a Karina Hurtado para su desarrollo. Entonces no había nada claro; sólo sabían que partirían de un laboratorio escénico donde se exploraría la imagen de la viuda negra y sus analogías con el humano. Porque “es un insecto nocturno, poco sociable y muy temido, pero en el fondo muy temeroso”, explicó Gutiérrez.

Pasó el tiempo y tuvieron que abandonar su experimento por estar ocupados con otros proyectos. Hasta fechas recientes, cuando la dupla encontró un momento adecuado para retomar a la Viuda Negra.

“En el camino, el discurso se centró en la soledad que vivimos los seres humanos; la soledad natural con la que todos nacemos y morimos, y de la que tratamos de huir por distintas razones”, añadió el también director de Luna Morena.

Fue Gutiérrez quien animó a la intérprete para que escribiera ella misma los textos que guían la puesta en escena, y que se escuchan a través de las bocinas, a la par que el resto de los sonidos que son parte esencial de la narrativa. La encargada de la escenofonía es Gabriela Bautista, quien ha colaborado en ocasiones anteriores con la compañía. En la creación de la imagen en video que contribuye con el ambiente fantasmagórico, participó Selene González.

PARA SABER
Las presentaciones

El estreno de Viuda Negra, un espectáculo para adolescentes y adultos, con duración de 50 minutos, será el próximo jueves 1 de noviembre a las 20:30 horas, y la función se repetirá durante todos los jueves del mes. Dadas las características del espacio, el cupo está limitado a 40 personas. Los boletos tienen un costo de $60 pesos en general y $40 para estudiantes, maestros e INSEN con credencial vigente.