Émile Lansman y Rémi Boucher: amor al teatro para los más jóvenes

GUADALAJARA, JALISCO (11/JUN/2013).- El editor belga y el promotor quebequense, contaron sus historias en el Encuentro con Autores de la Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea

Émile Lansman, de Bélgica, y Rémi Boucher, de Quebec, narraron la manera en que han estado involucrados en el mundo de la dramaturgia contemporánea para los más jóvenes; el primero desde una casa editorial especializada, y el segundo al frente del festival de artes para niños y jóvenes Les Coùps de Théatre, con base en Montreal.

El Encuentro con los Autores de la Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea, se llevó a cabo la tarde de este martes en el Salón Larva, y estuvieron presentes algunos de los directores de teatro que han participado en las diversas actividades que comenzaron ayer lunes.

El organizador del encuentro, Boris Schoemann, fue el encargado de moderar la mesa y hacer la traducción del francés al español.

El primero en tomar el micrófono fue Rémi Boucher, quien se dedica a buscar las mejores propuestas de teatro infantil a nivel internacional, para llevarlas al festival que fundó en 1990.

En ese entonces era también el director de un teatro para niños administrado por distintas compañías, y consideró que era necesario que los más jóvenes tuvieran también la oportunidad de ser espectadores de propuestas internacionales. En 1992 dejó el teatro para dedicarse en exclusiva a Les Coùps de Théatre.

Además de obras de teatro ha llevado a su programación óperas, ciclos de cine, danza y otros espectáculos con propuestas inteligentes para niños y jóvenes, que son presentadas ante miles de espectadores cada dos años. Sólo invita a las compañías y las obras que le gustan mucho, dijo, y no considera que ese criterio sea tendencioso, pues está convencido de que hay que eliminar lo más posible los intermediarios entre el artista y el público.

Actualmente está desarrollando el género Norte-Sur, que busca voltear a las realidades de América Latina, "porque hace falta que veamos más hacia los festivales del sur".

Le siguió el editor Émile Lansman, quien antes de contar cómo llegó a dedicarse a su actual profesión luego de haber nacido en una familia de obreros, regaló galletas belgas entre los cerca de 25 oyentes en el Salón Larva. Al principio de la charla Boris Schoemann lo había descrito como "un editor muy generoso", que al contrario de lo que hacen muchos otros, quiere leer todo lo que llega a sus manos y "apuesta por nuevos autores, e incluso ha publicado autores de México".

Hijo de obrero y nieto de minero, Lansman tuvo la oportunidad, por primera vez en su familia, de asistir a la universidad, después de lo cual ejerció como maestro de escuela durante veinte años (1966 a 1985). Desde pequeño -además-- estuvo muy en contacto con diversas expresiones artísticas y culturales como la música y el teatro.

De su periodo como maestro aprendió que el verdadero objetivo de la educación es acompañar a la gente joven en su recorrido: ayudando en algunos momentos y poniéndole trabas en otros, porque gracias a eso van a progresar. Y esa enseñanza me ha seguido en mi vida cultural", dijo el editor, quien es considerado uno de los testigos más activos de la evolución de teatro para niños y adolescentes desde 1960 en el mundo francófono.

La casa editorial Lansman Editeur, fundada en 1989, está especializada en los jóvenes a partir de tres ejes: textos para compañías profesionales que se dirigen a públicos jóvenes; obras escritas por jóvenes autores; y textos para ser leídos por los jóvenes.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL