El complejo mundo de Kraeppellin

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAY/2011).- Quizá el destino así lo marcaba y por eso decidió hacerlo en esa facha precisa. El 13 de febrero de 2009, 61 años exactamente después del día que vio la luz, fue la última vez que respiró. Su nombre es Juan Kraeppellin y para algunos es el último gran artista de Guadalajara. Para otros sólo era un sujeto delirante. Pero para Jaime Carranza era un gran tipo, “un amigo, pero sobre todo un artista honesto… él no fingía nada, su personalidad era así, tan compleja que pocos o casi nadie la entendió”. Es por eso que Carranza ha preparado, en conjunto con la asociación civil que lleva el nombre del artista, una exposición de la que dicen “es la última sesión fotográfica que se le hizo en vida” cuyo nombre es Mundo Kraeppellin, fuera de orden.

La muestra, que será presentada el próximo 9 de junio a las 20:30 horas en el Laboratorio Sensorial, ubicado en Ghilardi 120, está compuesta por 20 fotografías en lo que dice Carranza “fue un día de trabajo con Juan; vamos a ver (en la exposición) quién era  tal cual fue… era un tipo que si bien un día pudo haber estado con cinco chicas en Dinamarca también pudo haber estado solo. Es algo raro, porque no hay artistas que se asuman como tal sin tener antes un contexto de salomonería.  Él tenía amigos que eran mecánicos, carniceros; era una persona con una personalidad atípica. Pero eso no quiere decir que le quite sus méritos artísticos, era como un niño porque nunca paro su capacidad de sorprenderse” dijo productor fotográfico.

La exposición está pensada desde hace tiempo gracias a la intervención de la asociación civil que lleva el nombre del artista, del cual Andrés Aguilar y Miriam Limón son los responsables. Ellos argumentan que Juan Kraeppellin fue uno de los artistas más importantes del último decenio en Jalisco y que es importante que su obra no sólo se recabe sino que se cuide, se conserve y se difunda. “Yo no lo conocí en persona, pero la vez que fui a su taller junto con Andrés fue de verdad impactante, como alguien que tu pensarías que era una personalidad compleja fuera tan obsesionado por el orden y la disciplina” argumenta Miriam, que a su vez es restauradora. “Quizá haya unas dos mil piezas plásticas de las que se tenga conocimiento actualmente, pero también hay otras piezas que son documentos y obras que no necesariamente son artísticas de las que se pueden contabilizar unas tres mil”, explica.

Por su parte Andrés Aguilar explica que su padre fue uno de los mecenas que siempre confió en el talento estridente de Juan Kraeppellin, “pero de coleccionistas de su obra más importantes son la familia Aguilar Valencia y también  Patrick Charpenel y  Pilar Michael tienen algunas piezas. Seguramente habrá muchas personas que tienen obras de él porque él así era, lo mismo metía a una persona a su casa que a cinco. Era muy desprendido”.

Ahora el mito sigue tras su muerte. Hay quien busca sus obras, otros añoran sus pasos. Los secretos se empiezan a descubrir. La obra empieza a tomar vida propia. El próximo 9 de junio a las 20:30 horas será tiempo de volver a ver el rostro de Kraeppellin, el mismo que se apagó el mismo día que nació.

Perfil
Juan José Ávila

El verdadero nombre de este artista plástico era Juan José Ávila, pero popularmente todo mundo lo conoció como Kraeppellin quien falleció a los 61 años de edad, a causa de un cáncer de páncreas.

Famoso por su rebeldía y extravagancia, el pintor se había convertido en todo un icono de Guadalajara, ciudad a la que sorprendía con sus obras surrealistas y sus más descarados performance.

Su primera exposición se llevó a cabo en el Ex Convento del Carmen en 1977. Acumuló más de 30 años de carrera, celebrándola con una espectacular muestra en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.