Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Cultura | Por: Carlos Lara G.

El ascenso del libro electrónico

Los anteojos de Baskerville

Por: EL INFORMADOR

Fernando Savater comentaba hace unos días que cuando la falta de espacio impone jubilar viejos libros de la biblioteca, ya para enviarlos al sótano del que ya no saldrán o a alguna entidad benéfica, siempre siente una punzada de escrúpulo. Pero lo anterior ya no es un dolor de cabeza, no para los habituados al libro digital, un dispositivo con pantalla cómoda para leer, mayor capacidad de almacenamiento y conexión a internet, elementos que lo hacen más útil. Los más actuales tienen pantallas de luz incidente, su lectura es amable y cómoda gracias a su nueva tecnología conocida como tinta electrónica. Ahora, es verdad que no puede sustituir al libro tradicional en el tacto de sus hojas, el pasar página, el olor a nuevo o a viejo, pero brinda otras comodidades, como la posibilidad de leer sin utilizar lentes, ya que se puede ampliar el cuerpo de la letra, hacer anotaciones al margen, subrayar frases y palabras, así como acceder al diccionario sin interrumpir la lectura, escuchar música mientras se lee el periódico y almacenar miles de libros, fotos y canciones en una biblioteca digital personal. Además, existen nuevas y polémicas funciones como las del "texto de voz", que hace que los textos de los libros digitales puedan ser leídos por el propio dispositivo en voz alta.

En los mercados anglosajones, el libro electrónico ha generado un intenso debate entre apocalípticos e integrados. Debate estéril, pues los datos revelan que ambas "tecnologías" pueden convivir. El lanzamiento del primer iPod marcó un parteaguas en el sector discográfico, de la misma manera que Amazon en la industria editorial con sus más de 55 millones de clientes, en esa apuesta por el mundo de los libros electrónicos. Una apuesta que está transformando los hábitos de búsqueda, compra y lectura.

Diversas editoriales y diarios como El País o The New York Times ofrecen ya sus contenidos a través de teléfonos celulares, de tal forma que los resultados obtenidos por las editoriales en los proyectos piloto con tecnología móvil han superado todas las expectativas. Amazon acaba de lanzar una aplicación gratuita que permite a 13 millones de usuarios de celulares iPhone de Apple descargar y leer cualquiera de los 250 mil libros digitales de su librería virtual. De la misma manera que la tecnología Android de Google está diseñada para que los lectores puedan consultar el contenido de más de siete millones de libros escaneados a través de la lectura del código de barras (ISBN). Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas, esto también trae problemas de tipo laboral. La editorial más longeva del mundo, la Cambridge University Press (CUP), creada bajo el auspicio de Enrique VIII y que tiene a Isaac Newton y John Milton entre sus autores publicados, viene negociando un considerable despido de trabajadores, según el diario británico The Guardian, debido al impacto económico que supone pasar de la impresión tradicional a la
digital.

¿Que pasará con el libro de papel? Es algo que no sabemos con certeza, lo que sí es evidente es el aumento en la demanda del libro digital y la debacle de las librerías tradicionales, particularmente por la crisis financiera. En 2008, las ventas de libros en papel cayeron alrededor de un 5%, mientras que la venta de libros electrónicos creció un 69%, según el último informe del Foro Internacional de Edición Digital (IDPF). La única certeza por el momento es que el libro digital ayuda a no padecer esas punzadas de escrúpulo que comenta Savater, ya que su tecnología permite no solo obsequiarlos, sino también compartirlos y conservarlos a la vez.

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