El INAH otorga presea a Jorge Angulo Villaseñor

CIUDAD DE MÉXICO (27/OCT/2015).- Por 60 años de trayectoria y por los aportes al campo de la arqueología, la museografía y la restauración, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgó la presea "Mictlantecuhtlli" a Jorge Angulo Villaseñor.
 
Los conocimientos que el arqueólogo ha ofrecido se unen a su vocación inclaudicable con la que ha servido desde hace seis décadas, razón por la cual el INAH lo reconoció con dicha presea el pasado 19 de octubre.
 
El conocedor de la pintura mural prehispánica, el urbanismo teotihuacano y lo olmeca en el Altiplano expresó su agradecimiento por la distinción.
 
"Ha sido un privilegio participar en una institución donde he profundizado en las dudas que tenía desde joven, y si esto se convierte en una felicitación, bienvenido. Todos los que participamos en esta aventura del descubrimiento de lo que es el ser humano, lo debemos gozar".
 
Respecto a sus inicios en estos enfoques, mencionó haber sido cosa del destino pues fue en el antiguo Museo Nacional donde conoció al museógrafo Mario Vázquez quien le pediría ayuda para realizar las réplicas de unos códices para una exposición que estaría dedicada a los instrumentos musicales prehispánicos.
 
Pero serían las clases de etnología impartidas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) las que le señalarían el camino que el politécnico debía seguir.
 
Los viajes que había realizado despertaron su inquietud sobre la situación nacional y la migración masiva de grupos campesinos a las ciudades pues estos factores estaban transformando el panorama del país.
 
Sus conocimientos sobre escultura fueron plasmados en Nueve Señores del Inframundo que custodian en forma de relieves la tumba del soberano maya, además de haber colaborado en el montaje de una reproducción exacta de la cámara funeraria de Pakal en el viejo edificio de Moneda 13.
 
El polifacético Jorge Angulo, maestro en Ciencias Antropológicas y doctor en Arquitectura Prehispánica, actualmente está enfocado en terminar los capítulos de un libro, de dos, dedicados a lo olmeca en el Altiplano.
 
"Ahora disfruto compartiendo conceptos con colegas y estudiantes. Siempre hay una frescura o una idea diferente que lleva a recapacitar en lo que se creía saber, siempre falta por conocer y comprender. Como seres humanos hemos pasado por una historia de atropellos y de resurgimientos", apuntó.