Cultura | La venta de libros digitales en México va en aumento Ebooks, la revolución que ya llegó El desembarco de Amazon en México y la transición del papel a los formatos digitales han obligado a los editores de libros a replantear su oficio Por: EL INFORMADOR 4 de septiembre de 2013 - 23:12 hs El año pasado, los libros digitales superaron en ventas a los impresos en Estados Unidos y países como Reino Unido. EL INFORMADOR / GUADALAJARA, JALISCO (05/SEP/2013).- El futuro de la edición de libros será digital o no será. Eso dicen los expertos al respecto de la crisis de las publicaciones impresas y su sustitución por formatos digitales, más fáciles de transmitir y conservar. El año pasado fue, en ese sentido, histórico: por primera vez, los libros digitales o ebooks superaron en ventas a los impresos en Estados Unidos y países como el Reino Unido. Por cada 100 libros tradicionales se vendieron 114 digitales, de acuerdo con Amazon, el gigante de las ventas online. Y en el caso de los best-sellers (como Cincuenta sombras de Grey, o Harry Potter), esta proporción creció a 100 digitales por cada 50 impresos. Sin embargo, México es aún un territorio en espera de que se imponga la revolución digital. Aunque 45 millones de personas en el país usen internet, según cifras de la Cofetel, y las ventas online alcanzaron en 2012 los 80 mil millones de pesos (lo que representó un aumento de 46% con respecto a 2011), lo cierto es que la venta de libros en formato digital está casi en pañales entre nosotros. Amazon acaba de desembarcar la semana pasada en el país, con la apertura de su portal Amazon.com.mx, que cuenta con una oferta de dos millones de libros (aunque sólo 70 mil de ellos son en español) disponibles a través de su dispositivo Kindle para diferentes plataformas de lectura. Uno de los pocos servicios especializados hasta ahora ha sido el de las librerías Gandhi, cadena que, por cierto, será la distribuidora de los lectores electrónicos de Amazon en México. Manuel Dávila es el gerente de contenidos digitales del grupo librero mexicano y contribuyó a desarrollar su plataforma de venta de libros digitales. Para él, el asunto es claro: “La transformación del mercado es un hecho. El libro digital avanzará y tomará posiciones, y el mercado crecerá en medida que crezca la penetración de internet”. A diferencia del libro tradicional, “en donde el editor piensa que su trabajo se termina cuando los volúmenes llegan al anaquel o la mesa de novedades”, dice, la edición digital requiere “un esfuerzo y un trabajo intensos, de visibilidad, de exhibición y desarrollo de contenidos, porque se tiene que competir con un mercado brutal, en donde hay 100 mil libros, donde tienes que competir con autoediciones, con miles de libros gratuitos, donde hay 150 ediciones diferentes del Quijote que no te cuestan un peso”. El mercado del libro impreso continuará en México, dice Dávila, porque “el gobierno es el principal comprador de libros y no ha hecho el cambio todavía a productos digitales”. Eso hace que el nacional sea un mercado a contrapelo del resto. Desde su punto de vista, “los editores no deben plantearse lo que creen que va a pasar, sino luchar para conseguir lo que quieren que pase. Porque los espacios que no ocupen ellos con sus proyectos los van a ocupar otros”. Finalmente, Dávila opina que “esta transformación es la más grande que hemos sufrido los libreros y la industria editorial en muchísimo tiempo, ha obligado a cambios y eso es muy bueno para nosotros, pero sobre todo para los lectores. Ellos son lo fundamental. Si no conseguimos, como país, tener más lectores, el mercado va a tronar, pero no por el cambio de tecnología, sino por falta de consumo”. Barato y seguro Felipe Ponce dirige Arlequín, el sello más consistente en la oferta editorial jalisciense desde hace años. Él tampoco duda en lo absoluto sobre el camino a seguir. “Si bien es cierto que México, lo mismo que en muchos ámbitos, va a la zaga en cuanto al libro electrónico, tarde o temprano se va a imponer. No será instantáneo, pero sí avasallador. El actual sistema librero y editorial es muy endeble. Creo que las librerías que no se adapten van a cerrar y poco a poco serán sustituidas por esquemas que ayuden a comercializar libros electrónicos”. El cambio, piensa Ponce, comenzará con el sistema educativo. “Va a empezar a ser muy patente. Ya hay muchos jóvenes que estudian en tabletas. Eso tarde o temprano se va a extender a todos los ámbitos escolares. Y quienes leen con frecuencia también cambiarán. No lo dudo”. Países como Corea del Sur, Japón o Malasia se encuentran entre los pioneros en la educación que ha sustituido los libros por las tabletas para cuestiones académicas. En Corea del Sur, prácticamente toda la educación, desde preescolar hasta profesional, se ha digitalizado ya. El editor, en cuyo sello se encuentran publicados trabajos de autores como Mark Twain, Arkadi Avérchenko, Rogelio Guedea, Mariño González o Imanol Caneyada, entre muchos más, no parpadea para declarar: “Yo no soy nostálgico. Ya tengo un aparatejo electrónico para leer y no extraño lo impreso para nada”. Por lo pronto, y aunque “apenas hace dos años que nos capacitamos y le entramos al libro electrónico”, la editorial se dispone a convertir todo su “catálogo vivo” gracias a un financiamiento federal. Así, 30 títulos están siendo preparados como ebooks. Y el próximo año, “es muy probable que nuestras novedades salgan primero como ebooks y luego, si llaman la atención de los lectores, aparezcan en papel. Para novedades, para libros académicos, de consulta o de circulación restringida, el ebook me parece un ámbito natural porque el papel y los insumos de la impresión son cada día más caros. Para nosotros los editores, esto es una panacea y la aprovecharemos”. ¿Y qué pasará, entonces, con el libro impreso? “No desaparecerá. Acabo de pasar por una librería y vi mucho de lo que puede ser el futuro del impreso: libros de arte, de tapa dura, ediciones de lujo. Hay una aureola fetichista con los libros impresos, que remite a la intelectualidad, a bibliotecas adornadas con buenas ediciones. Eso no se extinguirá. Pero sí creo que quedará reducido a un ámbito elitista. Doblemente elitista, si cabe decirlo, porque por desgracia la lectura es minoritaria en nuestro país”. Finalmente, Ponce sostiene que el libro digital: “Debe ser barato y seguro. Si te cuesta lo de unas chelas, entonces podrás comprarlo, estará a tu alcance. A la vez, soy partidario de que cuente con todos los candados y seguros para que no sea pirateado y regado sin ton ni son por allí. Ese será un riesgo”. La apuesta doble Para Carlos López de Alba, quien junto con Ana María Petersen dirige el sello Pollo Blanco (que acaba de lanzar su primer libro, Manuel, el cubano loco, del serbio-alemán Saša Stanišic), nunca fue una duda que su producción estaría enfocada a ambos soportes, el impreso y el digital: “Aunque sabíamos que el comercio por internet está muy rezagado en México, para nosotros era indispensable, fundamental, planear nuestras obras para soportes digitales, porque sabíamos que tanto Amazon, que ya llegó al país, como iTunes, que es la otra gran plataforma, tarde o temprano iban a lanzarse a este mercado”. A la vez, Pollo Blanco sigue apostando por la edición tradicional: “Creemos en la convivencia de ambas posibilidades. A nuestros impresos les ponemos todo el cuidado y empeño en todo el proceso: cuidado de la edición, de la selección tipográfica, de caja de texto y los espacios, de la encuadernación. Queremos un libro agradable para el lector, porque para muchos lectores un libro es aún casi un objeto fetiche”. López de Alba, quien durante años encabezó la revista de literatura Reverso, cree que los editores deben apostarle a ganar nuevos lectores: “Antes de lanzar la editorial hicimos incluso focus group con lectores para saber qué necesidades atender, a qué nicho queríamos llegar. Pero también entendemos que hay un nuevo tipo de lector que todo lo consume a través de tabletas, teléfonos y computadoras”. Por ello, los ebooks de Pollo Blanco “no son solamente textos en formato pdf, sino que realmente están trabajados para ser accesibles en todos los formatos electrónicos”. También señala algunas limitaciones en la manera en la que actualmente se editan libros electrónicos en español: “Hay un problema y es que, de momento, la oferta es muy parecida a la de los botaderos de los supermercados: abundan los libros que ya no pagan derechos de autor, pero, por ejemplo, nadie invierte en nuevas traducciones de esos títulos, que a veces son clásicos. Nosotros buscamos algo diferente. Por ejemplo, nos emociona que nuestra colección de libros infantiles, que saldrá el próximo año, va a tener un desarrollo que involucra a animadores y programadores, para que la experiencia del libro electrónico sea disfrutable para el niño. Ese es nuestro reto”. Y el de todo un sector, puede concluirse. LIBROS ELECTRÓNICOS GRATUITOS A COMPRADORES EN LÍNEAAmazon premia a los lectores Kindle MatchBook es el nuevo servicio que Amazon ofrecerá a partir de octubre y consiste en que los usuarios que compren un libro recibirán una copia digital o un gran descuento para adquirirla. Pero no sólo los libros que se compren a partir de ese mes tendrán este beneficio, ya que quienes los adquirieron desde 1995 en esta página –cuando Amazon estrenó su librería en internet– también recibirán su versión digital. Sigue: #debateinformador Participa en Twitter en el debate del día @informador ¿Has dejado de leer en papel para hacerlo en una Tablet, Smartphone o lector digital? ¿Crees que el papel desaparecerá mayoritariamente del mercado? Temas Literatura Libros Libros electrónicos Lee También Estos son los consejos de Bill Gates para poder leer 50 libros al año Karina Barraza presenta “Sombras de otros tiempos” Mario Vargas Llosa visita el bar que inspiró una de sus novelas Un diálogo entre la poesía y las artes gráficas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones